8/2/22

The Wokeing Dead - Pólvora en Salvas XV

The Walking Dead es una famosa serie de zombis que se caracteriza por el efectismo y la corrección política, dejando en un segundo plano cuestiones como la verosimilitud, el ritmo, la coherencia interna o cualquier otro elemento propio de una producción audiovisual decente. Un ejemplo paradigmático lo tendríamos en la escena en la que Sasha es trasladada desde el Santuario hasta Alexandria metida en un ataúd, lo cual es un puto disparate cuyo único fin consiste en que la mujer salga de allí convertida en zombi porque se ha suicidado durante el viaje. Es decir, efectismo de mierda sustentado en comportamientos inverosímiles. Como este se dan mil casos a lo largo de las once temporadas, pero no he venido hoy aquí a analizar ese rasgo esencial de TWD, sino el otro, el de la corrección política, el de la soporífera inclusividad woke

¿Y qué es eso de woke, se preguntarán los inquietos lectores? Woke es un término que significa «despierto» y que da nombre a una ideología, porque los que inventan ideologías nunca las bautizan con nombres feos. El progreso está bien, pues yo soy progresista. La libertad es bonita, pues yo soy liberal. Estar despierto es bueno, pues nosotros somos los despiertos, los wokes, porque no nos vamos a llamar «los llorones tocapelotas que no han tenido un problema real en su vida y que se inventan opresiones, enemigos imaginarios y chorradas como el lenguaje inclusivo o el patriarcado». En definitiva, woke es aquello que agrupa todas esas tonterías que sufrimos en occidente desde poco después de que comenzase el siglo XXI. 

Lo woke se manifiesta en TWD a través de diversas estrategias relacionadas con los personajes. Una de ellas es la sobrerrepresentación de minorías. Nadie tiene problemas con la participación de personajes de todo tipo en una serie. La realidad es diversa, y la ficción, por tanto, también debe serlo (aunque ya sabemos que en esta serie la verosimilitud se la pasan por el forro). Sin embargo, en TWD parecen tomarse esto de la diversidad muy, muy en serio, tanto que no están dispuestos a permitir que ningún grupo humano se sienta excluido. La serie, hasta la temporada ocho, ya contaba con representación gay, lesbiana, bisexual, hispana, negra, oriental, musulmana… Pero los creadores debieron considerar que tanta característica identitaria metida con calzador y que no aporta nada salvo cumplir con una cuota racial o sexual, no era suficiente, así que, de golpe y porrazo introducen un grupete de supervivientes de otro campamento formado por: una lesbiana exconvicta (luego volveremos a hablar de ella), otra lesbiana oriental, un gordito deconstruido, una negra adolescente con aspecto de chico que se está quedando sorda, y su hermana, una mulata sordomuda que, por si no fuera lo bastante inclusiva, además fue periodista antes del apocalipsis, pero no una periodista cualquiera, sino de las que consiguen meter en la trena a políticos corruptos (entendemos que solo a políticos del partido Republicano, porque, como dijo Alberto Garzón, la gente de izquierdas no roba, y si roba, entonces no es de izquierdas).  

Pero nuestros despiertos guionistas no se limitan a incrustar muchos personajes diversos así, al tuntún, no. Aquí entran en juego dos viejos amigos de la batalla cultural: el maniqueísmo y el maquiavelismo. ¿Sabéis cuántos de los ocho personajes LGTB forman parte de los malos? Exacto, ninguno. No se podía saber. ¿Y sabéis cuántos de entre los súper villanos de la serie, como Negan, el Gobernador, Alpha, Beta, Gareth, Owen, Pope, son racializados, como dicen los wokes, es decir, de razas no blancas? Ninguno. ¡Sorpresa! De hecho, ¿os habéis fijado en los zombis? Joder, pero si hasta los zombis son casi todos blancos. En la serie aparecen poquísimos zombis negros, porque cuando hace falta, se nota que lo son, como en el caso de las mascotas de Michone o la esposa de Morgan. En fin, que con los malos no hay que ser diversos, ahí que sean todos blancos heterosexuales. Coño, es que ni entre el grupito de oficiales de Negan, que son lo menos seis, han metido siquiera un mulato. Es como con el lenguaje inclusivo. ¿A que nunca hay asesinos y asesinas, explotadores y explotadoras? Leche, es que ni siquiera hay banqueros y banqueras, millonarios y millonarias. Las minorías (aunque superen el 50% de la población, como en el caso de las mujeres) nunca hacen el mal, ¡hombre ya!, y por eso, en TWD no hay casi zombis negros ni supervillanos gais (o negros). Musulmanes gais tampoco tiene pinta de que vayan a meter, no sé por qué.  

Por supuesto, lo que no puede faltar es un hombre maltratador, como el marido de Carol, que, por cierto, es blanco. O el marido de Jessie, que también es blanco. Y tampoco puede quedar fuera un violador asesino de menores, que no sabemos si es blanco porque no sale en la serie, pero podemos apostar a que sí lo es, o lo era, porque aquel tipo fue el que violó y mató a la prima de la lesbiana exconvicta que mencioné antes, al cual dejaron libre, imagino que por la justicia patriarcal, y entonces Magna lo tuvo que matar y por eso fue a la cárcel, no porque fuera mala, como parecía al principio, porque las mujeres no son malas, a ver si nos vamos enterando. Ah, bueno, está Alpha, que es más mala que un dolor, pero aun así la caracterizan como zumbada, porque una mujer solo puede ser mala si está muy loca (probablemente por culpa del patriarcado), y además le rapan la cabeza, tratando de despojarla de feminidad, masculinizándola para justificar así su perfidia, pero sin renunciar al mensaje de que las mujeres son perfectamente capaces de llegar a la cima y tener bajo su control incluso a terribles villanos fortachones y ultraviolentos como Beta. ¡Sí-se-puede! También hay algunas féminas malvadas entre los cabecillas antropófagos de Terminus pero, a ver, entendámoslas, fueron violadas reiteradamente… por hombres blancos. 

Pasemos ahora a otra de las estrategias de propaganda woke de la serie. Esta es la de las parejas interraciales. No vamos a oponernos desde aquí al mestizaje ni mucho menos, habida cuenta de que este es un rasgo característico de nuestro país y de lo que fue nuestro imperio. Allá donde fuimos nos mezclamos, no como los anglos y holandeses que se dedicaron básicamente al exterminio. Pero una cosa es no tener nada en contra del mestizaje y otra muy distinta que te lo tengan que meter en vena porque son los más wokes, los más inclusivos, los más progres y los más de todo. En Yankilandia, los matrimonios mixtos, que no se legalizaron en toda la nación hasta 1967, suponen entre un quince y un veinte por ciento de las nuevas uniones, o eso he leído por ahí. ¿Qué pasa en TWD? Pues que todos los súper protagonistas tienen algún temita interracial: Rick (con Michone), Michone (con Rick), Daryl (con Connie), Carol (con Ezekiel) y Maggie (con Glen). Además de estas parejas mixtas, también hay muchas otras formadas por personajes importantes: Rosita y Abraham, Rosita y Gabriel, Rosita y Siddiq, (Rosita no pierde el tiempo), Abraham y Sasha, Tyreese y Karen, Jerry y Nabila, Mercer y Princesa y, por último, aunque seguro que me dejo varias, la pareja mega inclusiva formada por la exconvicta blanca Magna y la abogada oriental Yumiko. 

Pero la bestia woke es un bicho insaciable al que nunca le parecerá que las ficciones resultan lo bastante diversas. Así, podemos leer estas locas declaraciones en la comunidad de aficionados Undead Walking, que cuenta con ciento cincuenta mil seguidores en FB, en un artículo de 2021 titulado «Cómo el universo de The Walking Dead puede mejorar la representación LGBTQIA»: 

Todos nuestros panelistas reconocieron a TWD como líder en la televisión de género en lo que respecta a la diversidad. Sin embargo, siempre hay margen de mejora. (…)

Confío en que el programa continúe desarrollando narrativas LGBTQIA que sean inclusivas y orgánicas. Lo que me gustaría ver es más representación LGBTQIA detrás de escena. En la sala de guionistas, en la silla del director y en otras posiciones al otro lado de las cámaras. (…)

Si bien estoy muy contento con lo inclusivo que es el universo de The Walking Dead, los programas siempre pueden hacer más y apuntar más alto. Hemos visto muchos personajes homosexuales en el programa, pero eso es solo una pequeña parte de la comunidad LGBTQIA+. ¡Me encantaría ver personajes transgénero, personajes no binarios, asexuales, bisexuales, pansexuales y de todo lo que hay en la comunidad! Me encantaría ver a estos personajes interpretados por un actor o actriz que lo sean en la vida real para que pueda actuar desde la honestidad y podamos tener mucha más representación en nuestra comunidad de aficionados. (…)

Siento que se puede hacer mucho más para representar a las otras partes del espectro LGBTQ, como asexuales, demisexuales, no binarias y trans. (…)

En definitiva, podemos ver cómo TWD es la prueba viva de que nuestro mundo se ha convertido en un gigantesco manicomio en el que las ficciones han pasado de ser fuente de entretenimiento, reflexión o placer estético, a escaparates de corrección política donde prima más la inclusividad que cualquier otra cosa y donde los aficionados se quejan de que falten personajes demisexuales (pero qué cojones…) y no de que el protagonista se libere de una brida que sujeta sus muñecas cortándola con un puto trozo de madera. 

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