11/11/15

Fragmentos sublimes de Literatura Universal

A veces estamos leyendo un libro y de repente nos vemos sumergidos en un pasaje que nos deja sobrecogidos. Entonces no nos queda más remedio que volver atrás y leerlo de nuevo, quizás varias veces, hechizados por su belleza, por el placer estético que nos proporciona. Analizamos el pasaje, su estilo, su léxico, su modo de crear arte con el lenguaje y por fin entendemos que solo un gran maestro es capaz de engendrar semejantes maravillas. 

Aquí van unos cuantos fragmentos de este tipo con los que me he ido encontrando a lo largo de los años (artículo en construcción permanente).

LA VOLUNTAD. José Martínez Ruiz, Azorín

Hace una tarde gris, monótona. Cae una lluvia menuda, incesante, interminable. Las calles están desiertas. De cuando en cuando suenan pasos precipitados sobre la acera, y pasa un labriego envuelto en una manta. Y las horas transcurren lentas, eternas…
Yuste y Azorín no han podido esta tarde dar su paseo acostumbrado. En el despacho del maestro, hablan a intervalos, y en las largas pausas escuchan el regurgitar de las canales y el ruido intercadente de las goteras… Una hora suena a lo lejos en campanadas imperceptibles; se oye el grito largo, modulado, de un vendedor.
Azorín observa:
—Es raro como estos gritos parecen lamentos, súplicas… melopeas extrañas…
Y Yuste replica:
—Observa esto: los gritos de las grandes ciudades, de Madrid, son rápidos, secos, sin relumbres de idealidad… Los de provincias aún son artísticos, largos, plañideros… tiernos, melancólicos… Y es que en las grandes ciudades no se tiene tiempo, se quiere aprovechar el minuto, se vive febrilmente… y esta pequeña obra de arte, como toda obra de arte, exige tiempo… y el tiempo que un vendedor pierda en ella, puede emplearlo en otra cosa…

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EL AMOR, LAS MUJERES Y LA MUERTE. Arthur Schopenhauer

Sentado esto, si se observa el papel importante que representa el amor en todos sus grados y en todos sus matices, no sólo en las comedias y novelas, sino también en el mundo real, donde, junto con el amor a la vida, es el más poderoso y el más activo de todos los resortes; si se piensa en que de continuo ocupa las fuerzas de la parte más joven de la humanidad; que es el fin último de casi todo esfuerzo humano; que tiene una influencia perturbadora sobre los más importantes negocios; que interrumpe a todas horas las ocupaciones más serias; que a veces hace cometer tonterías a los más grandes ingenios; que no tiene escrúpulos en lanzar sus frivolidades a través de las negociaciones diplomáticas y de los trabajos de los sabios; que tiene maña para deslizar sus dulces esquelas y sus mechoncitos de cabellos hasta en las carteras de los ministros y los manuscritos de los filósofos, lo cual no le impide ser a diario el promovedor de los asuntos más malos y embrollados; que rompe las relaciones más preciosas, quiebra los vínculos más sólidos y elige por víctimas ya la vida o la salud, ya la riqueza, la alcurnia o la felicidad; que hace del hombre honrado un hombre sin honor, del fiel un traidor, y que parece ser así como un demonio que se esfuerza en trastornarlo todo, en embrollarlo todo, en destruirlo todo, entonces estamos prontos a exclamar: ¿Por qué tanto ruido? ¿Por qué esos esfuerzos, esos arrebatos, esas ansiedades y esa miseria?

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POR QUIÉN DOBLAN LAS CAMPANAS. Ernest Hemingway

Y hubo entonces el olor de la jara aplastada y la aspereza de los tallos quebrados debajo de la cabeza de María, y el sol brillando en sus ojos entornados. Toda su vida recordaría él la curva de su cuello, con la cabeza hundida entre las hierbas, y sus labios, que apenas se movían, y el temblor de sus pestañas, con los ojos cerrados al sol y al mundo. Y para ella todo fue rojo naranja, rojo dorado, con el sol que le daba en los ojos; y todo, la plenitud, la posesión, la entrega, se tiñó de ese color con una intensidad cegadora. Para él fue un sendero oscuro que no llevaba a ninguna parte, y seguía avanzando sin llevar a ninguna parte, y seguía avanzando más sin llevar a ninguna parte, hacia un sin fin, hacia una nada sin fin, con los codos hundidos en la tierra, hacia la oscuridad sin fin, hacia la nada sin fin, suspendido en el tiempo, avanzando sin saber hacia dónde, una y otra vez, hacia la nada siempre, para volver otra vez a nacer, hacia la nada, hacia la oscuridad, avanzando siempre hasta más allá de lo soportable y ascendiendo hacia arriba, hacia lo alto, cada vez más alto, hacia la nada. Hasta que, de repente, la nada desapareció y el tiempo se quedó inmóvil, se encontraron los dos allí, suspendidos en el tiempo, y sintió que la tierra se movía y se alejaba bajo ellos.

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EL LARGO ADIÓS. Raymond Chandler

Muy lejos subía y bajaba el gemido como de alma en pena de las sirenas de la policía o de los bomberos, que nunca permanecían en silencio mucho tiempo. Veinticuatro horas al día alguien corre y otra persona está intentando alcanzarle. Allí fuera, en la noche entrecruzada por mil delitos, la gente moría, la mutilaban, se hacía cortes con cristales que volaban, era aplastada contra los volantes de los automóviles o bajo sus pesados neumáticos. A la gente la golpeaban, la robaban, la estrangulaban, la violaban y la asesinaban; gente que estaba hambrienta, enferma, aburrida, desesperada por la soledad o el remordimiento o el miedo; airados, crueles, afiebrados, estremecidos por los sollozos. Una ciudad no peor que otras, una ciudad rica y vigorosa y rebosante de orgullo, una ciudad perdida y golpeada y llena de vacío.

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SOBRE LA HISTORIA. Bertrand Russell
 
Año tras año mueren los camaradas, muestran ser vanas las esperanzas, se desvanecen los ideales; la tierra encantada de la juventud queda más lejos, el camino de la vida se hace más tedioso, aumenta el peso del mundo hasta que el trabajo y las penas se hacen casi demasiado pesadas de soportar; la alegría se desvanece en las fatigadas naciones de la tierra, y la tiranía del futuro mina la fuerza vital de los hombres; todo lo que amamos se decolora, en un mundo agonizante. Sin embargo, el pasado, devorando siempre los productos del presente, vive por la muerte universal; firme e irresistiblemente añade nuevos trofeos a su templo silencioso, construido por todas las épocas; allí están enterradas todas las proezas, todas las vidas magníficas, todas las conquistas y fracasos heroicos. Por las orillas del rio de Tiempo, la triste procesión de las generaciones humanas camina lentamente hacia la tumba; en el apacible país del Pasado, la marcha finaliza: ahí se quedan los cansados vagabundos, y todos sus llantos enmudecen.



EL CURIOSO INCIDENTE DEL PERRO A MEDIANOCHE. Mark Hadon

Lo que de verdad pasa cuando te mueres es que tu cerebro deja de funcionar y el cuerpo se pudre, como el de Conejo cuando se murió y lo enterramos al fondo del jardín. Todas sus moléculas se descompusieron en otras moléculas y pasaron a la tierra y se las comieron los gusanos y pasaron a las plantas. Si vamos y cavamos en el mismo sitio al cabo de 10 años, no quedará nada excepto su esqueleto. Y al cabo de 1.000 años, hasta el esqueleto habrá desaparecido. Pero eso está bien, porque ahora forma parte de las flores y del manzano y del matorral de espino.

A veces, cuando las personas se mueren, las ponen en ataúdes, lo que significa que no se mezclan con la tierra durante muchísimo tiempo, hasta que la madera del ataúd se pudre.

Pero a Madre la incineraron. Eso quiere decir que la metieron en un ataúd y lo quemaron y redujeron a cenizas y a humo. Yo no sé qué se hace de las cenizas, no pude preguntarlo en el crematorio porque no fui al funeral. Pero el humo sale por la chimenea y se dispersa en el aire, y a veces levanto la vista al cielo y pienso en que allá arriba hay moléculas de Madre, o en las nubes sobre África o el Antártico, o en forma de lluvia en las selvas de Brasil, o de nieve en alguna parte.

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ASÍ HABLÓ ZARATUSTRA.  Friedrich Nietzsche

¡Oh, sólo vosotros los oscuros, los nocturnos, sacáis calor de lo que brilla! ¡Oh, sólo vosotros bebéis leche y consuelo de las ubres de la luz!
¡Ay, hielo hay a mi alrededor, mi mano se abrasa al tocar lo helado! ¡Ay, en mí hay sed, que desfallece por vuestra sed!
Es de noche: ¡ay, que yo tenga que ser luz! ¡Y sed de lo nocturno! ¡Y soledad!
Es de noche: ahora, cual una fuente, brota de mí mi deseo, – hablar es lo que deseo.
Es de noche: ahora hablan más fuerte todos los surtidores. Y también mi alma es un surtidor.
Es de noche: ahora se despiertan todas las canciones de los amantes. Y también mi alma es la canción de un amante. 

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VIAJE AL FIN DE LA NOCHE. Louis-Ferdinand Céline

Más valía callarse y mirar afuera, por la ventana, los terciopelos grises de la tarde que se apoderaban ya de la avenida de enfrente, casa por casa, primero las más pequeñas y luego las demás, las grandes, y después la gente que se agitaba entre ellas, cada vez más débiles, equívocos y desdibujados, vacilando de una acera a otra antes de ir a hundirse en la obscuridad.

Más lejos, mucho más lejos que las fortificaciones, filas e hileras de lucecitas dispersas por toda la sombra como clavos, para tender el olvido sobre la ciudad, y otras lucecitas más que centelleaban entre ellas, verdes, pestañeaban, rojas, venga barcos y más barcos, toda una escuadra venida allí de todas partes para esperar, trémula, a que se abriesen tras la Torre las enormes puertas de la Noche.



MUJERES. Charles Bukowski

Entré en la cama con ella. La pequeña niña-mujer estaba lista. La atraje hacia mí. La suerte estaba otra vez de mi lado, los dioses me sonreían. Los besos se hicieron más intensos. Puse su mano en mi verga y luego le subí el camisón. Empecé a jugar con su coño. ¿Katherine con un coño? Se erigió el clítoris y lo acaricié con ternura, una y otra vez. Finalmente, la monté. Mi verga entró hasta la mitad. Era muy estrecha. Moví hacia delante y detrás y luego empujé. El resto de mi verga penetró. Era glorioso. Ella me apretó. Me moví y seguía apretado. Traté de controlarme. Cesé las sacudidas y esperé a enfriarme un poco. La besé, abriendo sus labios, chupando su labio superior. Vi su cabellera desparramada por toda la almohada. Entonces desistí de intentar complacerla y simplemente la jodí, poseyéndola viciosamente. Era como un asesinato. No me importaba, mi polla se había vuelto loca. Todo aquel pelo, su cara núbil y hermosa. Era como violar a la Virgen María. Me corrí. Me corrí en su interior, agonizando, sintiendo cómo mi esperma se introducía en su cuerpo. Ella estaba indefensa y yo disparé mi éxtasis al interior último de su ser, cuerpo y alma, una y otra vez...

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FUNDACIÓN E IMPERIO. Isaac Asimov

El bufón sonrió, lo cual aumentó la tristeza de su rostro delgado, y cuando habló lo hizo con las suaves y elaboradas frases de los Sectores Centrales.

—Si utilizara el ingenio que los buenos espíritus me dieron —dijo—, entonces diría que esta dama no puede existir, pues ¿qué hombre en su sano juicio llamaría al sueño realidad? Sin embargo, yo preferiría no ser cuerdo y prestar crédito a mis ojos hechizados.

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UNA APUESTA. Anton Chejov

En vuestros libros he escalado las cimas del Everest y del Mont-Blanc, desde donde he contemplado la salida del sol al alba y su puesta al atardecer, inundando de un oro carmesí el cielo, el océano y la cumbre de las montañas; he visto, por encima de mí, brillar al relámpago rasgando las nubes; he visto los verdes bosques, los campos, los ríos, los lagos, las ciudades… He oído el canto de las sirenas y el caramillo de los pastores; he sentido las alas de prodigiosos demonios que han descendido hasta mí para hablarme de Dios. Con vuestros libros me he arrojado a precipicios sin fondo, he hecho milagros, he matado, he incendiado ciudades, he predicado nuevas religiones, he conquistado reinos enteros… Vuestros libros me han dado la sabiduría. Cuanto el espíritu humano ha sido capaz de crear a través de los siglos está comprimido en mi cerebro. Sé que soy más inteligente que todos vosotros, y desprecio vuestros libros y bienes y toda la sabiduría del mundo… Todo es inútil, vago, engañoso y vano como un espejismo. Y por muy orgullosos que estéis, por muy sabios y hermosos que seáis, la muerte no dejará de borraros de la faz de la tierra como a ratas, y las generaciones de vuestros descendientes, vuestra historia, la inmortalidad de vuestros genios, ¡todo quedará helado o arderá con la tierra entera!



TRÓPICO DE CÁNCER. Henry Miller

Después de ponerse de pie para secarse, mientras seguía hablándome con simpatía, dejó caer la toalla de repente y, avanzando hacia mí despacio, comenzó a restregarse la almeja con cariño, pasándole las manos despacito, acariciándola, dándole palmaditas y palmaditas. Había algo en su elocuencia de aquel momento y en la forma como me metió aquella mata de rosas bajo la nariz que sigue siendo inolvidable; hablaba de ella como si fuese un objeto extraño que hubiera adquirido a alto precio, un objeto cuyo valor había aumentado con el tiempo y que ahora apreciaba como nada del mundo. Sus palabras le infundían una fragancia peculiar; ya no era sólo su órgano privado, sino un tesoro, un tesoro mágico y poderoso, un don divino... y no lo era menos porque comerciara con ella día tras día a cambio de unas monedas. Al echarse en la cama, con las piernas bien abiertas, la apretó con las manos y la acarició un poco más, mientras murmuraba con su ronca y cascada voz que era buena y bonita, un tesoro, un pequeño tesoro. ¡Y lo era, su almejita!

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15/10/15

La muerte pública de Álvaro Cuervo

―¡Yo digo que le obliguemos a beberse su propia sangre! ―gritó una señora cuya voz parecía provenir del infierno. Entre la multitud volvió a elevarse un incontrolable estruendo de gritos y maldiciones. 

―¡Eso sería muy piadoso por nuestra parte! ¡Yo propongo ir cortando trozos de su cuerpo, cocinarlos y hacer que se los coma! ―berreó un tipo gordo empapado en sudor.

Atado a un poste, sangrando por la nariz y cubierto de magulladuras y moratones, Álvaro Cuervo observaba a aquella turba que se extendía a sus pies. Cada vez que alguien hacía una propuesta, él se deshacía en carcajadas. De vez en cuando, lanzaba besos a los hombres, sacaba la lengua a las mujeres y escupía a niños y ancianos, desatando la ira de aquellas personas sedientas de venganza.

―Pues yo, pues yo…―dijo una niña harapienta a la que su madre había cogido en brazos para que se la pudiese escuchar mejor ―¡Yo digo que le cortemos el pito y que le saquemos los ojos y que le cortemos la lengua y que le cortemos los brazos! ―La ovación subsiguiente se escuchó a cientos de metros de distancia.

―¡Da igual lo que hagáis conmigo! ―gritó Álvaro Cuervo―. Seguiréis siendo unos sacos de mierda con patas hasta el fin de los tiempos. ¡Ja, ja, ja!

―¡Amigos, por favor! ―dijo un joven de aspecto dulce y mirada inteligente intentando elevar la voz sobre el griterío―. En el nombre de la cordura, del progreso y de la compasión, os ruego un poco de serenidad. ¿No nos estaremos excediendo? ¿No estaremos rebajándonos al nivel de este individuo o incluso a algo peor? Entiendo que debamos acabar con su vida, pero, ¿por qué ensañarnos de esa manera? ¿Acaso llevarlo a tan elevadas cotas de sufrimiento borrará, en modo alguno, la mancha de su crimen?

―¡Cállate! ―le gritó un anciano de barba descuidada―. Tú llegaste a este mundo hace poco y no puedes hablar con propiedad.

―¡Haz caso a ese viejo apestoso! ―gritó Álvaro Cuervo.

―¡Ese bastardo de lengua deletérea asesinó cruelmente a nuestro Dios! ―gritó el viejo señalando a Álvaro Cuervo con un dedo escuálido y venoso.

La masa encolerizada estalló de nuevo. Los aldeanos se empujaban y apretaban contra la cerca de contención que les impedía llegar hasta el reo. Sus rostros se mostraban desencajados. No paraban de vociferar todo tipo de improperios y, en su desesperación, apretaban los dientes, gruñían como animales y se desgarraban las vestimentas. 

De repente, de entre las personas más alejadas, empezaron a llegar voces que decían: “Apartaos, apartaos. Dejad paso”. El tumulto fue calmándose al tiempo que una anciana coja iba abriéndose camino entre la gente. “Dejad paso a la Primera anciana”, continuaban las voces. 

Cuando la anciana llegó cerca de Álvaro Cuervo, subió a un pequeño estrado que acababan de colocar y se dirigió al público con un tono firme y solemne.

―Estimados vecinos. Acabo de reunirme con el Consejo de los Mundos. Puedo aseguraros que este sujeto recibirá el castigo que realmente merece ―Después de que los gritos de alegría cesaran, la anciana continuó. ―El Consejo se ha comprometido con nosotros… ¡A denegar para siempre a Álvaro Cuervo la entrada en cualquiera de los Mundos de la Red!

Por primera vez en varios días, la cara de Álvaro Cuervo perdió todo atisbo de expresión. A su alrededor, la atmósfera empezó a colmarse de júbilo y él sintió que las fuerzas le abandonaban. Su mirada se cruzó unos instantes con la de la anciana, que le sonreía con malignidad mientras agitaba su mano en señal de despedida.

Cuando Álvaro Cuervo abrió de nuevo los ojos, pudo ver que se hallaba en el interior de su cabina de realidad virtual. Intentó acceder de nuevo a la Red de Mundos, pero se encontró con un mensaje de acceso denegado. Probó de nuevo, una y otra vez, hasta que se dio cuenta de que no tenía sentido continuar. Era incapaz de asumir lo que le estaba sucediendo. ¿Desde cuándo podían echarte de la Red por tener un comportamiento antisocial?

Se desconectó de la cabina, abrió la mampara y, desesperado, accedió a su habitación. Aquello era una insoportable pesadilla. Buscó por todas partes, pero los apartamentos ya no eran como en otros tiempos. Ahora no tenían puertas ni ventanas. La única salida era la cabina, la realidad virtual, los millones de mundos de la Red. 

Álvaro Cuervo se tumbó en el suelo en posición fetal y empezó a llorar como un crío abandonado.





12/10/15

Boj

Aquella noche tuve uno de los sueños más inquietantes de mi vida. Yo estaba en la sala de espera de un misterioso edificio con baldosines hexagonales en las paredes. El ambiente se encontraba saturado de una tensión agobiante. De pronto, un agitado enfermero decía: «Que pase el siguiente, por favor, dense prisa». Al parecer era mi turno. En la consulta había un enclenque doctor, calvo y con barba, acompañado por un enorme gato negro con los ojos muy grandes y abiertos. El médico me preguntaba si era tal persona y yo le decía que no, que me había servido de engaños para poder llegar hasta allí, pues estaba muy enfermo. Entonces el gato empezaba a gruñir y a erizar el pelo. «Eso no le ha gustado a Boj» decía el médico. El felino se acercaba hasta la mesa del doctor y éste comenzaba a hablarle en algún extraño idioma de matices eslavos. El gato estaba cada vez más alterado. El doctor levantaba un folio que se translucía ante mí. En él empezaban a perfilarse unas letras. Entonces yo recordaba el procedimiento. La gente enferma acudía a esa consulta y el gato Boj decidía su destino entre tres opciones: la sanación, la locura o la muerte. El médico se reía mientras continuaba hablando con el gato y las letras de la palabra LOCURA terminaban de formarse en el papel. Cuando desperté, estaba golpeándome la cabeza contra algo blando. Sí, sí, era una pared, una pared acolchada, y estuve gritando, gritando, gritando, pero nadie vino a ayudarme…

16/6/15

Somos el fruto del amor

Y aquí estamos
todos

con un montón
de espadas de
Damocles

―la muerte, el dolor,
la pérdida…―

pendiendo
sobre
nuestras cabezas.


10/6/15

Éntomos

He visto hembras de una extraña especie de abejas que nacen bajo tierra, en madrigueras individuales excavadas por sus madres en el suelo ardiente del desierto. Lo que se encuentran al asomarse al exterior por primera vez en sus efímeras vidas es una banda de machos enloquecidos y violentos que pelean a muerte entre sí por aparearse con ellas. Las pobres hembras son arrastradas de pronto hacia el centro de una lucha encarnizada en la que todos los machos intentan alejarlas de las garras de los demás. Algunas de ellas acaban con sus blancas cabezas arrancadas del cuerpo. Cuando todo termina no queda ningún macho vivo. Las hembras que han sobrevivido empiezan a excavar los túneles donde depositarán los huevos de los que nacerá la nueva generación destinada a sufrir y perpetuar esta masacre.

He visto a una chinche que cuida de sus crías, las cuales parecen un racimo de tomates cherry. Se pasa horas buscando frutos para sus bebés pero cuando encuentra el adecuado, otra chinche se lo roba. Cansados de esperar, sus hijos abandonan el nido. Cuando regresa a su hogar, descubre que se ha quedado sola y que ha fracasado en su misión. Pero el drama no termina aquí. Los pequeños prófugos se unen al nido de la chinche ladrona. Ésta los acepta sin poner ninguna objeción, pero tendrá que trabajar el doble para alimentar a su prole multiplicada. Al final, el esfuerzo extra la lleva a morir de agotamiento y los tomatitos cherrys se dan con ella un último festín antes de empezar su vida adulta.

He visto al llamado escarabajo de Darwin, que escala árboles de veinticinco metros de altura en busca de una hembra y que tiene dos monstruosas mandíbulas más largas que su propio cuerpo. Por el camino pelea con otros machos. El vencedor levanta a sus adversarios con sus mandíbulas y los arroja al vacío. Cuando por fin alcanza a la hembra, la obliga a copular y en cuanto acaba, la tira del árbol como ha hecho con los otros machos. 

Y también he visto millones de mariposas cubriendo juntas toda la superficie de un gigantesco árbol después de emigrar tres mil kilómetros y hormigas que cultivan hongos para alimentarse; y he podido ver moscas que caminan bajo las aguas de un mar envenenado de sal y escarabajos que se defienden lanzando chorros de ácido hirviendo.

Existen doscientos cincuenta millones de insectos por cada ser humano. Si se pusieran de acuerdo, nos exterminarían en lo que tarda un caballito del diablo en escapar de una telaraña. La gente dice que se duerme viendo los documentales de la 2, pero yo no sé si podré pegar ojo esta noche.



19/5/15

Una vez más

Es ese niño con la cara deforme
del que os hablé.

Lo veo desde mi ventana mientras
se dirige a la parada del autobús,
con su enorme mochila Adidas y
su lata de Coca-Cola.

Nada en su cara es lo que cabría esperar.

Nada se encuentra exactamente en su sitio.

Es un niño grande y
parece bastante fuerte.

Camina erguido, orgulloso,
mirando a la gente
con arrogancia.

No quiere nuestra compasión.

Él sabe mejor que nadie
lo inhumana que puede llegar
a ser la vida.

Él se ríe de nosotros.

Se mea sobre nuestros
problemas de mierda.

Lleva diez  o doce años en este mundo.

Diez o doce años siendo un monstruo.

Lo único que quiere de ti es
que cojas tu compasión
y te la metas por el culo.

Él ya sabe que nunca gustará
a ninguna niña.

Que apenas se
atreverán a mirarlo a la cara.

Ya lo tiene asumido.

Pero igualmente sabe
que no volverá a permitir
que se burlen de él.

Me lo imagino en el
despacho del director,
una vez más,
con la ropa manchada
de polvo y de sangre,
los nudillos amoratados
y una sonrisa victoriosa
en su boca desordenada.

Así es exactamente
como intuyo, o como creo,
o como espero que sean
las cosas cada vez que
lo veo desde mi ventana
caminando erguido
y orgulloso hacia la
parada del autobús.



3/2/15

En la oscuridad

Puedo ver las estrellas
y puedo ver el mar;
y la gente destruyéndose,
los niños envejeciendo
y el viento agitando
la basura de las calles.

Puedo ver las arrugas
naciendo en mi cara
y puedo ver las canas
creciendo en mi cabeza;
y el miedo
en hospitales e iglesias,
las ratas corriendo
entre los coches
y las gotas de lluvia
estrellándose contra el asfalto.

Puedo ver un futuro
que no existe
y puedo ver un tiempo
de segundos que no pasan;
y la sangre de los inocentes
en bandejas de poliestireno,
los vehículos invadiendo
mi barrio por las mañanas
y las portadas de todos los libros
que leeré este año.

Pero, por encima de todo,
puedo verte cada vez
que me refugio
en la oscuridad
de mis párpados cerrados,
en cada rincón
de mi atormentada memoria
y en cada lágrima que tu ausencia
me arranca de los ojos.





26/1/15

Los 50 mejores relatos de todos los tiempos

NOTA: Este post es una traducción libre de THE 50 BEST SHORT STORIES OF ALL TIME, no es mi selección personal de los mejores relatos de la historia. Por desgracia hay algunos cuentos de esta lista que no están traducidos al español y/o no están colgados en Internet. 

El relato es un arte que a veces se encuentra infravalorado. En el espacio de unas pocas páginas el autor debe tejer una historia convincente, crear personajes que interesen al lector y conducir la historia hacia su desenlace. Una hazaña que puede ser difícil de lograr incluso con un alto grado de experiencia. Sin embargo estos autores han conseguido dominar el arte de la narración breve, convirtiendo piezas comprimidas en obras memorables de la literatura que se quedan en la mente de los lectores durante mucho tiempo después de terminarlas. Así que si quieres leer algo entre clases, introducirte en el mundo de la literatura, o simplemente entretenerte un rato, elige alguno de estos relatos breves. 

Historias tristes e impactantes

Estos relatos demuestran que no hace falta leer toda una novela para quedarte aturdido y pensando en la narración una semana después de haber terminado de leerla. 

Símbolos y signos - Vladimir Nabokov. Publicado por primera vez en The New Yorker, este relato cuenta la triste historia de una pareja de ancianos y su hijo, enfermo mental. 
Puedes leerlo en el libro Cuentos completos en e-book o en tapa blanda

Un hombre bueno es difícil de encontrar - Flannery O`Connor. Una abuela manipuladora ocupa el centro de esta impactante historia sobre la aceptación de lo que realmente eres.
Puedes leerlo en el libro Cuentos completos en e-book o en tapa blanda.  

Las nieves del Kilimanjaro - Ernest Hemingway. Un escritor de safari en África se encuentra cerca de la muerte y echa la vista atrás. 
Puedes leerlo en el libro Cuentos en e-book o en tapa blanda.

La mosca - Katherine Mansfield. Esta historia trata algunos de los grandes temas, como la muerte, la verdad y los horrores de la guerra. Puedes leer el libro Cuentos escogidos en e-book o en tapa blanda.

La colonia penitenciaria - Franz Kafka. Un complejo dispositivo de tortura y ejecución que talla una frase en la piel de los presos antes de la muerte ocupa el centro de este famoso cuento de Kafka. Puedes leer el libro La colonia penitenciaria en e-book o en tapa blanda.

Un artista del hambre - Franz Kafka. Exploración de temas como la muerte, el arte, el aislamiento y el fracaso personal, esta obra es una de las mejores de Kafka y, por desgracia, la más autobiográfica. Puedes leer el libro Un artista del hambre en e-book o en tapa blanda.

Los lisiados serán los primeros - Flannery O`Connor. En esta historia trágica, el idealismo de un hombre y su egoísmo lo llevan a desatender las necesidades de su hijo con tristes consecuencias. Puedes leerlo en el libro Cuentos completos en e-book o en tapa blanda

La lotería - Shirley Jackson. Publicado por primera vez en 1948, este cuento ha sido clasificado como uno de los más famosos de la literatura estadounidense a pesar de su recepción negativa en algunos lugares. Puedes leer el libro Cuentos escogidos en tapa blanda.

El uso de la fuerza - William Carlos William. Esta historia pide a los lectores considerar si es o no es ético hacer daño a alguien por su propio bien y, más importante aún, si uno debe avergonzarse de disfrutar de la experiencia. 

El caballito de madera ganador - D.H. Lawrence. Esta retorcida historia que se quedará contigo mucho después de leerla, documenta la extraña relación entre una madre y su hijo derrochador, que sólo anhela hacerla feliz. Puedes leer el libro Cuentos completos 2 en tapa dura.

El papel de tapiz amarillo - Charlotte Perkins Gilman.  Uno de los primeros trabajos de literatura feminista, esta historia sigue a una joven en su descenso a la locura, obsesionada con el patrón que sigue el papel de las paredes. Puedes leer el libro El tapiz amarillo en e-book o en tapa blanda.

¿Dónde vas? ¿Dónde estuviste? - Joyce Carol Oates. Este cuento fue inspirado por los asesinatos cometidos en Tucson, Arizona, por el asesino en serie Charles Schmid. No logro encontrarlo publicado en libro en español pero puedes leer El señor de las muñecas y otros cuentos de terror en e-book y en papel

Antologías

Si lo que buscas es algo más que una única gran historia corta, prueba con estas lecturas obligadas.

Yo, robot - Isaac Asimov. Inspiración para muchas películas y otros escritores, esta colección es una lectura básica para cualquier fan de la ciencia-ficción.

Oliva Kitteridge - Elizabeth Strout Esta obra ganadora del premio Pulitzer contiene 13 historias cortas que detallan las vidas de Oliva y otras personas que viven en el pequeño pueblo de Maine al que ella llama hogar.

Las cosas que llevaban los hombres que luchaban - Tim O'Brien. Nominada y ganadora de numerosos premios literarios, esta colección de historias sobre la guerra de Vietnam fue tan popular quizás debido a que muchos de ellos se basan en las propias experiencias del autor. 

Dublineses - James Joyce. A lo largo de quince relatos cortos, los lectores se adentran en la vida de la clase media irlandesa de principios del siglo XX.

Nueve cuentos - J.D. Salinger. Con algunos de sus cuentos más famosos como "Para Esmé con amor y sordidez", esta colección es perfecta para una primera toma de contacto el popular autor.

Pasos - Jerzy Kosinski. Mediante una serie de historias cortas, Kosinski te impactará, te repugnará o te acojonará. Te gustará o no, pero no te dejará indiferente.

Intérprete de emociones - Jhumpa Lahiri. Esta colección ganadora del Pulitzer retrata las dificultades de los indios-americanos atrapados entre dos culturas.

¿Quieres hacer el favor de callarte, por favor? - Raymond Carver. Temas como la segregación y la infelicidad protagonizan esta colección de historias cortas sobre la vida estadounidense.

Clásicos populares 

Seguro que has oído hablar de estas historias incluso si no las has leído.

La célebre rana saltarina del distrito de Calaveras - Mark Twain. Este colorido cuento sobre un hombre y su rana saltarina otorgó a Twain mucha fama y prestigio. Realmente vale la pena leerlo.

Rikki-tikki-tavi - Rudyard Kipling. Si nunca tuviste la oportunidad de disfrutar de este cuento dedicado a una mangosta, quizás ahora sea el momento.

El cuerpo - Stephen King. Novela corta llevada al cine con el título "Cuenta conmigo". Profundiza en temas como la amistad y los horrores de la desgracia.

La leyenda de Sleepy Hollow - Washington Irving. Seguro que has visto alguna de las numerosas adaptaciones cinematográficas de este famoso cuento, pero compararlas con el original será una experiencia interesante.

El corazón delator - Edgar Allan Poe. Hay muy pocas personas que no hayan leído o al menos oído hablar de este cuento clásico. En tan solo unas pocas páginas, Poe nos sumerge en el suspense en torno a un asesino que empieza a arrepentirse del crimen que ha cometido.

El ruido del trueno - Ray Bradbury. Este es el cuento corto más veces publicado en la historia de la ciencia-ficción. En él se analizan las devastadoras consecuencias del efecto mariposa.

La Vida Secreta de Walter Mitty - James Thurber. El más famoso de los cuentos de Thurber, se centra en un hombre que está aburrido de su vida mundana y se escapa a través de una serie de grandes fantasías heroicas inspiradas en su entorno.

El juego más peligroso - Richard Connell. Adaptada en una película protagonizada por Ice-T, quizá la versión literaria sea mucho más seria e interesante.

Autores archiconocidos

Estos autores clásicos se han hecho famosos por sus trabajos largos, pero sus cuentos cortos pueden resultar igualmente atractivos.

Las tres preguntas - Lev Tolstoi. Esta historia corta en forma de parábola acerca de un rey en busca de respuestas a las cuestiones más importantes de la vida nos demuestra que Tolstoi llegó a dominar el arte del relato a pesar de ser famoso por sus novelas épicas.

Un señor muy viejo con unas alas enormes - Gabriel García Márquez. Esta historia de realismo mágico se centra en una pareja que ha encontrado en su patio delantero lo que, para bien o para mal, creen que es un ángel.

La caída de la casa Usher - Edgar Allan Poe. Este cuento clásico de terror gótico te mantendrá en tensión hasta el último momento.

Harrison Bergeron - Kurt Vonnegut, Jr. En este satírico y distópico cuento, la sociedad finalmente ha alcanzado la igualdad, perjudicando a sus miembros más inteligentes, atléticos o hermosos.

La nariz - Nikolai Gogol. Esta breve obra satírica cuenta la historia de un funcionario de San Petersburgo cuya nariz decide que ya ha tenido suficiente y deja la cara para comenzar una vida propia.

Un diamante tan grande como el Ritz - F. Scott Fitzgerald. Incluido en una colección de cuentos y publicado también en solitario, esta historia documenta las vicisitudes de una familia para mantener en secreto su fuente de riqueza.

El espejo - Anton Chejov. Una mujer joven casada se obsesiona cuando empieza a ver su vida futura en un espejo.

El sur - Jorge Luis Borges. Considerado por el propio Borges como uno de sus mejores cuentos, esta historia se centra en un hombre que vuelve a casa después de una experiencia cercana a la muerte.

El nadador - John Cheever. Esta historia pudo haber sido concebida originalmente para una novela, pero aguanta el tipo también como historia corta. Es una mezcla de realismo y surrealismo en torno a la vida en los suburbios de Estados Unidos.

Encender una hoguera - Jack London. Famoso por sus cuentos épicos sobre el hombre y la naturaleza, esta historia nos relata la lucha de un hombre y un perro por sobrevivir en el desierto.

El ruiseñor y la rosa - Oscar Wilde. Esta historia utiliza la fórmula del cuento de hadas para hablar del el amor, el sacrificio y las relaciones.

Escritores modernos

Hoy en día se siguen escribiendo grandes relatos. Estos son algunos escritos en los últimos veinte años y que bien merece la pena leerlos.

Meneseteung - Alice Munro. Si bien los recursos narrativos utilizados para contar la historia podrían resultar confusos al principio, los lectores perseverantes se verán recompensados con una rica narración que abarca varias décadas.

The happy man - Jonathan Lethem. En esta historia, el protagonista tiene la capacidad de hacer visitas al infierno a pesar de seguir con vida, algo que confunde y frustra tanto él como a su familia.

The Second Bakery Attack - Haruki Murakami. Extraña y casi onírica, esta historia parece simple, pero tendrás que pensar en volver a ella después de haber terminado.

Brokeback Mountain - Annie Proulx. Tendrías que haber estado viviendo en una cueva para no haber oído hablar nunca de esta historia de amor vaquero. Esta narración es tan conmovedora como la película ganadora del Oscar que inspiró.

The story - Amy Bloom. ¿Te gusta la metaficción? No te pierdas esta historia lúdica y autoreflexiva que revisa la misma idea de narración.

Finales sorprendentes

Las historias cortas son a menudo el formato perfecto para la creación de finales con giros sorprendentes. Aquí están algunos de los mejores ejemplos jamás escritos.

El Collar - Guy de Maupassant. Famoso por su giro final y fuente de inspiración para muchos otros escritores, este cuento es una lectura obligada para cualquier persona interesada en el género.

El incidente del puente del Búho - Ambrose Beirce. Convertido en episodio de The Twilight Zone, este cuento clásico ambientado en la Guerra Civil, trata de un hombre que está a punto de convertirse en simpatizante de la Confederación.

La pata de mono - WW Jacobs. En este terrorífico cuento, los lectores aprenderán a tener cuidado con lo que desean.

Pastoralia - George Saunders. Esta historia, que llevó a Saunders a ganar un premio O. Henry, se centra en un hombre que está atrapado en una vida que odia en un futuro distópico.

El hombre del Sur - Roald Dahl. En este cuento, un hombre misterioso ofrece un chollo a cambio de encender un mechero a la primera. Si ganas, te llevas un coche. Si pierdes, te corta un dedo.

El regalo de los Reyes Magos - O. Henry. Esta historia tiene un giro sentimental con una lección sobre el verdadero significado de dar regalos.

7/1/15

Otro poema de amor

Nos enamoramos de
personas que no
nos convienen
y las personas
de las que nos
enamoramos se
enamoran
de personas que
no les convienen.

Nadie es conveniente
para nadie.
Tan solo lo somos
para nosotros
mismos y ni siquiera
esto es algo
que esté
del todo claro.

Al final, como se
suele decir,
nacemos y
morimos solos.
El mundo nos
devora y
nosotros
devoramos una
parte del mundo
mientras a
nuestro alrededor
todo se va llenando
de oscuridad
y de locura.




2/1/15

Lo mejor que he visto y leído en 2014



Este año han caído 60 libros y 116 películas. Aquí os paso las diez mejores obras de cada tipo. Podéis ver las de 2013 pinchando aquí.

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