27/7/16

Aprende a escribir ficción con el método de los concursos

No existe una fórmula mágica para aprender a escribir ficción, pero sí unas instrucciones muy claras:
  1. Leer mucho.
  2. Escribir mucho.
La primera parte es muy sencilla. No tienes más que abrir libros (preferiblemente buenos, ya sabes, Dostoyevski, Kafka, los ganadores del Nobel de Literatura...) y ponerte a ello. La segunda es más complicada. Escribir es un proceso mucho más activo que leer y, a veces, simplemente no se te ocurre con qué rellenar el folio.

Bien, aquí te traigo un método que te ayudará a practicar, te permitirá comprobar tus progresos y, quizá, ganar algo de dinero. Es el método de los concursos y voy a explicártelo por pasos. 




Paso 1: Visita la sección de concursos de la web escritores.org

Cada mes se convocan decenas y decenas de concursos literarios en el mundo hispanohablante y en esta web aparecen casi todos. Te recomiendo que marques la opción de "Concursos por email @" por la sencilla razón de que no te gastarás nada en participar. Existen numerosos concursos interesantes que exigen enviar los textos por correo postal, en ocasiones hasta por quintuplicado, lo que podría suponerte un gasto considerable en sellos y fotocopias o tinta de impresora. Personalmente, nunca participo en estos certámenes dada la enorme cantidad de opciones para concursar por email, pero, si esto no supone un problema para ti, adelante. También puedes marcar la opción "Concursos (Cuento, relato, narrativas, carta, microrrelato)", la cual aplicará un filtro a la página para que no te aparezcan certámenes de novela y poesía (el método puede servir también para aprender a manejar estos géneros, si te interesa, aunque la poesía en principio no es ficción y la novela exige una dedicación enorme de tiempo, por lo que yo recomiendo empezar con microrrelatos y relatos cortos para hacerlo más dinámico y entretenido).


Paso 2: Selecciona los mejores concursos

Y te preguntarás: ¿cuales son? Bien, son aquellos que mejor se adapten a tus objetivos. Los certámenes podrían clasificarse de muchos modos en función de: si ofrecen premio en metálico o no (regalos, diplomas, trofeos...), si publican al ganador o ganadores en papel o no lo hacen, si el concurso es completamente libre o conlleva alguna exigencia (que el texto se enmarque dentro de un género, como la ciencia-ficción o el suspense, que tenga que llevar una determinada frase, tratar sobre un tema de actualidad, que su extensión se encuentre dentro de unos límites etc). Como se supone que lo que nos interesa ahora es practicar para mejorar, te recomiendo que te olvides del dinero y las publicaciones y te centres en elegir los concursos que impliquen exigencias variadas. La ventaja es que esto te dará un punto de partida. Vamos a ver algunos ejemplos de certámenes de este tipo que me han servido para crear algunas historias.
  • El concurso Bruma Negra de este año llevaba dos condiciones principales: que los relatos se enmarcarsen en el género negro/suspense/policíaco y que la niebla o la bruma fuesen un elemento integrante de la historia. Para participar, escribí un cuento breve titulado Rata, que no quedó finalista, pero del que me siento bastante orgulloso.
  • También este año, participé en el Certamen Madrid Sky. La temática y el género eran libres, pero los textos debían empezar con la frase: Se oye el sonido de la verja de entrada que se abre. Yo escribí un relato titulado El sonido pegajoso de sus besos (tampoco quedé finalista, pero recuerda, esto es un método para practicar participando en concursos, no necesariamente para ganarlos).
  • Por último, para que veas que a veces este método puede permitirte recoger frutos materiales, he quedado finalista en el Certamen de relatos cortos carcelarios Conrada Muñoz y en septiembre sabré si me hago con los 1.500 euros del premio. En este concurso la exigencia era que las historias tratasen sobre la cárcel, pero no de un modo anecdótico, sino teniendo un papel muy relevante en la trama.
En esta fase de selección de concursos es interesante organizarse, porque encontrarás muchísimos certámenes en los que participar. Hazlo como quieras, pero te voy a contar lo que hago yo. En la barra de marcadores del navegador tengo una carpeta llamada "Concursos". Cuando veo uno interesante, lo añado a favoritos (en Google Chrome se hace pinchando en la estrellita de la parte superior derecha de la pantalla) dentro de la carpeta y le cambio el nombre, poniendo algunos datos relevantes como la fecha máxima de envío, la extensión, las condiciones y el premio, como puedes ver en la siguiente imagen.



Paso 3: Ponte a escribir

Y aquí llega la parte esencial del método, ponernos manos a la obra. Si nos hallamos ante un concurso que exige condiciones, ya tendremos un punto de partida, pero nunca viene mal contar con algún que otro agarre más para continuar avanzando hacia la cima, por lo que, si la inspiración todavía no te visita, te propongo un par de trucos para estimularla.
  • Investigación: informarte sobre las exigencias del concurso puede ser una maravillosa fuente de ideas. Por ejemplo, para participar en el certamen de relatos carcelarios, estuve viendo un montón de documentales relacionados con el mundo de la prisión en Youtube; también me puse a recordar el argumento de películas míticas como Cadena perpetua, La milla verde o La evasión. Si el certamen se enmarca dentro de un género literario, como la ciencia-ficción, te recomiendo que leas relatos de los grandes maestros (Asimov, Phillip K. Dick, Fredric Brown...) y que te informes sobre el propio género: los temas que trata, su historia, los subgéneros etc. Wikipedia es un buen sitio para comenzar.
  • Leer a los ganadores: es posible que el concurso tenga una página web donde cuelguen los relatos ganadores de ediciones pasadas. Si no ofrecen los textos, puedes buscar en Google el nombre de los escritores galardonados para ver si tienen blogs personales donde los hayan publicado. La idea no es copiar, ni mucho menos, sino analizar las historias para determinar qué elementos llevaron a sus autores a hacerse con la victoria. Por ejemplo, para el certamen Bruma Negra, leí a los finalistas del año anterior y pude ver que algunos elementos comunes eran, lógicamente, el crimen, sobretodo el asesinato, que la acción transcurría en zonas costeras y que los acontecimientos se desarrollaban en una atmósfera sórdida y deprimente. Aunque, para para ser original, podrías hacer precisamente lo contrario, romper con la norma. En este caso, el crimen principal podría ser la corrupción o el secuestro y que todo ocurriese en un alegre pueblo a orillas de un lago. La originalidad es un elemento que los jurados suelen valorar muy positivamente (siempre que no te pases y transgredas las normas del certamen, claro).
¿Y qué hacer en el caso de que el certamen no imponga condiciones? Es una buena pregunta. Un gran porcentaje de los concursos son completamente libres (salvo en extensión) por lo tanto no tendrías punto de partida, que es lo interesante de este método. En esta situación podríamos hacer varias cosas, como por ejemplo, inventar las condiciones. Busca un concurso libre y elige para participar en él un género (romántico, suspense, terror, fantasía, histórico, surrealismo, realismo sucio, ciencia-ficción, realismo mágico, drama, comedia, erótico...). Si tienes en cuenta que cada género puede tener numerosos subgéneros (fantasmas, ciberpunk, fantasía medieval, detectives...) podrías crear una enorme lista de opciones. Si no sabes por cuál decidirte, utiliza un método aleatorio, como esta aplicación. Otra condición que podemos inventar es que el relato empiece con una frase. Abre un libro, elige una página al azar y, con los ojos cerrados, señala un punto. Ahí tienes tu frase. Hace poco escribí un microrrelato a partir de la frase: Esta joven enfermera que parece sentirse rápidamente atraída por mí, que extraje con los ojos cerrados de El proceso, de Kafka. Si con esto no tienes suficiente, te recomiendo este artículo donde ofrezco unos cuantos trucos más.


Paso 4: Evalúa tus progresos

En principio, si lees y escribes mucho, deberías mejorar como escritor de ficción. Cuanto más lo hagas, más calidad tendrán tus textos. Si trabajas a diario, mejor que de vez en cuando y, si le dedicas cuatro horas al día, será mucho mejor que una. A partir de aquí todo depende de tu esfuerzo. Soy de la opinión de que todo el mundo puede llegar a escribir grandes historias, a pesar de no contar con las mejores capacidades innatas. Yo no me considero un gran escritor, ni siquiera me considero escritor, pues no vivo de ello, pero en la actualidad, consigo crear algo decente de vez en cuando (de hecho, gané un premio de novela y me publicaron). Y te aseguro que no nací con buenas características para este oficio. Lo sé porque si leo mis relatos de hace diez años acabo por llevarme las manos a la cabeza. Además, te prometo que la capacidad de esfuerzo y la constancia tampoco son dos de mis principales virtudes. Si yo puedo, cualquiera puede, créeme.

Ahora bien, ¿cómo sabemos que estamos mejorando? Los escritores principiantes tenemos el síndrome del vendedor, es decir, estamos enamorados de nuestra mercancía. Tendemos a creer que nuestros textos son obras de arte, pero lo más seguro es que, de momento, no lo sean. Este método te va a permitir saber si estás mejorando, porque, si te esfuerzas y eres constante, tarde o temprano empezarás a quedar finalista o incluso a ganar concursos, y eso será una señal de que estás haciendo las cosas bien. No te desanimes si los frutos tardan en llegar. Si trabajas duro, acabarás por recogerlos.

Quiero darte un último consejo. Elabora una lista con los concursos en los que has participado. Puedes hacer una tabla en Word, en cuyas columnas aparezca el nombre del certamen, la fecha del fallo y el título del relato que enviaste. De este modo, evitarás enviar textos a más de un concurso a la vez, lo cual podría hacer que te descalificaran.

Espero que mi método para aprender a escribir ficción te resulte útil. Te aseguro que, además, resulta muy emocionante. Si te ha gustado, puedes decírmelo en los comentarios y compartirlo con quien quieras.

¡Suerte!