24/4/19

Breve repaso por el cine de Alice Guy

Alice Guy fue una pionera del séptimo arte que dirigió la primera película narrativa de la historia, además de influir en figuras como George Melies, sentar las bases del montaje, del uso de efectos especiales, del color, del tratamiento de géneros como el western o la ciencia-ficción, así como de la coordinación entre el cinematógrafo y el magnetófono, adelantando lo que sería el cine sonoro e incluso el videoclip. Es por todo ello por lo que se la considera la madre del cine, a pesar de haber sido injustamente relegada al olvido durante décadas, empezando a reconocerse su trascendencia mucho después de su muerte. Llevó a cabo la dirección y producción de entre seiscientas y mil películas, de las que, según IMBd, nos han llegado unos 76 títulos. A continuación, veremos algunos de los más relevantes.  

La Fée aux Choux (1896). Este cortometraje posee méritos como ser la primera película narrativa de la historia, así como la primera adaptación, pues se basa en un cuento popular francés en el que se dice que los niños varones nacen de coles y las niñas de rosas. La película tuvo dos remakes en 1900 y 1902. El original de 1896 se encuentra perdido. 


Bataille de boules de neige (1896). Cortometraje sin apenas trama en el que se ve a numerosas personas participar en una batalla de bolas de nieve. 

Esmeralda (1905). Adaptación del clásico de Víctor Hugo El jorobado de Notre-Dame. 

Espagne (1905). Fascinante documental de diez minutos en que Guy nos deleita con bellos planos circulares de distintas localizaciones en Madrid (Puerta del Sol, Paseo del Prado-Cibeles, Palacio Real, un poblado), Granada (donde se ve a la propia directora rodeada de un grupo de niños), Sevilla y Barcelona. La cinta concluye con unos bailes flamencos ejecutados por un grupo de hombres y mujeres vestidos de toreros y gitanillas, con la particularidad de mostrar imagen en color. 


Les Résultats du féminisme (1906). Película de seis minutos que está ambientada en el año 2000, por lo que podemos considerarla ciencia-ficción especulativa, tal vez la primera de este género en la historia. Se nos muestra una sociedad en la que los roles de género se han invertido, mostrando hombres afeminados que realizan las tareas del hogar y mujeres masculinizadas y agresivas que acuden a los cafés a leer el periódico. El trasfondo de crítica social se hace evidente en cada escena. En esta fecha, ya se habían publicado algunos otros títulos pioneros del cine, como Le voyage dans la lune de George Méliès o The Great Train Robbery de Edwin S. Porter.

The Birth, the Life and the Death of Christ (1906). Cinta de treinta minutos, una duración considerable, que se tiene por la primera superproducción de la historia, pues contó con 25 decorados y más de 300 extras. 

Greater Love Hath No Man (1911). Este cortometraje fue producido por la Solax Company, fundada un año antes por Guy y su esposo en Estados Unidos. Vemos cómo las tramas van adquiriendo complejidad. En esta ocasión, presenciamos una historia de amor en plena fiebre del oro, motines de los mineros o conspiraciones homicidas. 

Algie, the Miner (1912). Los diez minutos de esta película sirven para narrar la historia de Algie, un hombre afeminado que es enviado al oeste para endurecerse. Después de un tiempo sufriendo burlas y dificultades, Algie regresa a su lugar de origen como un hombre rico y rudo, lo que nos muestra cómo Guy había ido desarrollando la destreza de crear personajes más complejos que evolucionan a lo largo de la trama. 

Falling Leaves (1912). Basada en un relato de O´Henry, narra la tierna historia de un niño que, para evitar la muerte de su hermana, empieza a atar las hojas de los árboles a sus ramas, pues ha tomado de forma literal la aseveración del médico, que dijo que la joven moriría cuando cayese la última hoja (es decir, con la llegada del invierno). La película fue elogiada por la crítica, que alabó su delicadeza y naturalidad. 


Making a American Citizen (1912). Esta película de 16 minutos se presentó como un drama educativo. Trata el tema de la inmigración con mensaje feminista. Pretendía concienciar a los inmigrantes de la Europa del Este, que llegaban al Nuevo Mundo con valores patriarcales obsoletos para la realidad de Estados Unidos. 

A Fool and His Money (1912). Esta película, cuyo argumento gira en torno a personas que se hacen ricas y cambian de forma de vida, tiene la particularidad de ser la primera producción protagonizada por actores negros. Fue recuperada gracias a que alguien la encontró en un mercadillo. Hubo que restaurarla fotograma a fotograma. 

The Pit and the Pendulum (1913). Adaptación del famoso cuento de Edgar Allan Poe, a la que Guy añadió bastante material narrativo propio. La crítica quedó impresionada por las imágenes terroríficas mostradas, como la escena en la que se ven ratas reales moviéndose sobre un cuerpo humano. 

The Shooting of Dan McGrew (1915). Basada en un poema de Herbert Blaché, este western dramático narra la historia de un minero que empieza a contar sus penas al piano de un salón y acaba batiéndose en duelo con un forajido que le ha cogido ojeriza a causa de su historia. Nos encontramos ya ante un largometraje de cinco carretes, lo que supone una duración aproximada de una hora y cuarto. En estas fechas ya se habían estrenado hitos de la historia del cine como Les vampires, de Louis Feuillade o The Birth of a Nation, de David W. Griffith. Intolerance vería la luz al año siguiente. 

The Vampire (1915). Protagonizada por Olga Petrova, la cinta muestra las vivencias de una mujer a la que llaman “La Vampira” por su capacidad para seducir a los hombres y utilizarlos. Las tornas cambian cuando ella queda profundamente enamorada de un diplomático estadounidense. 

The Ocean Waif (1916). Mediometraje de unos 40 minutos en el que se nos cuentan las desventuras de una mujer que es tratada como una esclava por el hombre que la adoptó siendo niña. La protagonista se enamorará de un escritor con el que huirá, comenzando una vida llena de dificultades. Como es habitual en el cine de Guy, vemos de nuevo una historia protagonizada por una mujer y con enfoque de crítica y denuncia social. 

The Great Adventure (1918). Protagonizada por Bessie Love, actriz que lograría una nominación a los Oscars en 1929, narra las aventuras de una artista aficionada que logra un cierto éxito local pero que sueña con el estrellato en los musicales de Broadway, donde consigue un papel importante. Esta película tiene una duración aproximada de una hora y cuarenta y cinco minutos, una medida acorde con el cine moderno, ya muy alejada de sus primeros cortometrajes. 

Por desgracia, tras 24 años en activo, Alice Guy vio llegar el fin de su carrera en 1922. Abandonada por su marido, vendió Solax y regresó a Francia. Intentó sin éxito reivindicar la autoría de sus películas, que se habían atribuido a sus directores de fotografía. Murió en 1968 sin haber recibido ningún reconocimiento por su trabajo. Solo en tiempos recientes, su nombre ha regresado a las páginas de la historia del cine, lugar del que nunca debió salir, pues fue ella misma quien empezó a escribirlas.

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BIBLIOGRAFÍA
  • CANTÓ, P. (2017). «El cine lo inventó una feminista: Alice Guy». El confidencial. Consultado el 19 de marzo de 2019. https://www.elconfidencial.com/cultura/cine/2017-09-02/invento-el-cine-alice-guy-melies-lumiere-feminista_1437198/ 
  • EL PERIÓDICO (2017). «Alice Guy, la olvidada madre del cine». El Periódico. Consultado el 18 de marzo de 2019. https://www.elperiodico.com/es/ocio-y-cultura/20170323/alice-guy-primera-directora-historia-cine-5919755 
  • IMBD. «Alice Guy». Consultado el 18 de marzo de 2019: https://www.imdb.com/name/nm0349785/
  • REDONDO, R. (2018). «Espagne (Alice Guy)». Cine Maldito. Consultado el 19 de marzo de 2019: https://www.cinemaldito.com/espagne-alice-guy/ 
  • WIKIPEDIA. «Alice Guy-Blaché». Consultado el 18 de marzo de 2019. https://en.wikipedia.org/wiki/Alice_Guy-Blach%C3%A9 

21/4/19

Diez sobrecogedores fragmentos de 'Hijos de la ira'

Dámaso Alonso generó un gran impacto con la publicación de Hijos de la ira (1944), considera la obra cumbre de la "poesía desarraigada". En sus versos se aprecia una fuerte influencia del existencialismo y un profundo sentimiento religioso. Sin llegar a la crítica social que predominaría en los años cincuenta, el autor se alejó drasticamente de la poesía triunfalista y connivente afín al régimen, presentando un mundo desolado en el que el individuo cae presa del pesimismo y de la más absoluta agonía existencial. He seleccionado diez de los fragmentos más destacables, aunque recomiendo vivamente leer el libro completo, ya que considero que no tiene desperdicio. 


Y paso largas horas preguntándole a Dios, preguntándole por qué se pudre lentamente mi alma, por qué se pudren más de un millón de cadáveres en esta ciudad de Madrid, por qué mil millones de cadáveres se pudren lentamente en el mundo. 
Dime, ¿qué huerto quieres abonar con nuestra podredumbre?
¿Temes que se te sequen los grandes rosales del día,
las tristes azucenas letales de tus noches? 

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Pero tú vienes, mancha lóbrega,
reina de las cavernas, galopante en el cierzo, tras tus corvas pupilas, proyectadas
como dos meteoros crecientes de lo oscuro,
cabalgando en las rojas melenas del ocaso, 
flagelando las cumbres
con cabellos de sierpes, látigos de granizo.

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Ah, nosotros somos un horror de salas interiores en cavernas sin fin,
una agonía de enterrados que se despiertan a la media noche,
un fluir subterráneo, una pesadilla de agua negra por entre minas de carbón,
de triste agua, surcada por la más tórpidas lampreas,
nosotros somos un vaho de muerte,
un lúgubre concierto de lejanísimos cárabos, de agoreras zumayas, de los más secretos autillos.
Nosotros somos como horrendas ciudades que hubieran siempre vivido en black-out,
siempre desgarradas por los aullidos súbitos de las sirenas fatídicas.
Nosotros somos una masa fungácea y tentacular, que avanza en la tiniebla a horrendos tentones,
monstruosas, tristes, enlutadas amebas.

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Ah, muertos, muertos, ¿qué habéis visto
en la esquinada cruel, en el terrible momento del tránsito?
Ah, ¿qué habéis visto en ese instante del encontronazo con el
camión gris de la muerte?
No sé si cielos lejanísimos de desvaídas estrellas, de lentos
cometas solitarios hacia la torpe nebulosa inicial,
no sé si un infinito de nieves, donde hay un rastro de sangre, una
huella de sangre inacabable,
ni si el frenético color de una inmensa orquesta convulsa cuando
se descuajan los orbes,
ni si acaso la gran violeta que esparció por el mundo la tristeza
como un largo perfume de enero,
ay, no sé si habéis visto los ojos profundos, la faz impenetrable.

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Ella recuerda sólo
que en todas hacía frío,
que en todas estaba oscuro,
y que al partir, al arrancar el tren
ha comprendido siempre
cuán bestial es el topetazo de la injusticia absoluta,
ha sentido siempre
una tristeza que era como un ciempiés monstruoso que le colgara
de la mejilla,
como si con el arrancar del tren le arrancaran el alma,
como si con el arrancar del tren le arrancaran innumerables
margaritas, blancas cual su alegría infantil en la fiesta del pueblo
como si le arrancaran los días azules, el gozo de amar a Dios y
esa voluntad de minutos en sucesión que llamamos vivir.

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A veces en la noche yo te siento a mi lado,
que me acechas,
que me quieres palpar,
y el alma se me agita con el terror y el sueño,
como una cabritilla, amarrada a una estaca,
que ha sentido la onda sigilosa del tigre
y el fallido zarpazo que no incendió la carne,
que se extinguió en el aire oscuro.

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Fino, fino,
iba creciendo y en largos arcos se irradiaba.
Proyectaba raíces, que, invasoras,
se hincaban en la carne,
desviaban, crujiendo, los tendones,
perforaban, sin astillar, los obstinados huesos, durísimos
y de él surgía todo un cielo de ramas
oscilantes y aéreas,
como un sauce juvenil bajo el viento,
ahora iluminado, ahora torvo,
según los galgos-nubes galopan sobre el campo
en la mañana primaveral.

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Y estaban verdes, amarillos y de color de dátil, de color de tierra seca los insectos,
ocultos, sepultos, fuera de los insectos y dentro de mi carne,
dentro de los insectos y fuera de mi alma,
disfrazados de insectos.
Y con ojos que se reían y con caras que se reían y patas,
y patas que no se reían, estaban los insectos metálicos
royendo, royendo y royendo mi alma, la pobre,
zumbando y royendo el cadáver de mi alma que no zumbaba y que no roía,
royendo y zumbando mi alma, la pobre, que no zumbaba, eso no, pero que al fin roía, roía dulcemente,
royendo y royendo ese mundo metálico y estos insectos metálicos que me están royendo el mundo de pequeños insectos,
que me están royendo el mundo y mi alma,
que me están royendo mi alma toda hecha de pequeños insectos metálicos, que me están royendo el mundo, mi alma, mi alma,
ah!, los insectos,
ah!, los p... insectos. 

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Si vais por la carretera del arrabal, apartaos, no os inficione mi pestilencia. 
El dedo de mi Dios me ha señalado: odre de putrefacción quiso que fuera este mi cuerpo, 
y una ramera de solicitaciones mi alma, 
no una ramera fastuosa de las que hacen languidecer de amor al príncipe, 
sobre el cabezo del valle, en el palacete de verano, 
sino una loba del arrabal, acoceada por los trajinantes, 
que ya ha olvidado las palabras de amor, 
y sólo puede pedir unas monedas de cobre en la cantonada. 
Yo soy la piltrafa que el tablajero arroja al perro del mendigo, 
y el perro del mendigo arroja al muladar. 
Pero desde la mina de las maldades, desde el pozo de la miseria, 
mi corazón se ha levantado hasta mi Dios, 
y le ha dicho: Oh Señor, tú que has hecho también la podredumbre, 
mírame, 
yo soy el orujo exprimido en el año de la mala cosecha, 
yo soy el excremento del can sarnoso, 
el zapato sin suela en el carnero del camposanto, 
yo soy el montoncito de estiércol a medio hacer, que nadie compra, 
y donde casi ni escarban las gallinas. 

---

Ah, pobre Dámaso, 
tú, el más miserable, tú el último de los seres,
tú, que con tu fealdad y con el oscuro turbión de tu desorden,
perturbas la sedeña armonía
del mundo,
dime,
ahora que ya se acerca tu momento
(porque no hay ni un presagio que ya en ti no se haya cumplido)
ahora que subirás al Padre,
silencioso y veloz como el alcohol bermejo en los termómetros,
¿cómo has de ir con tus manos estériles?
¿qué le dirás cuando en silencio te pregunte qué has hecho?




Dámaso Alonso, Premio Cervantes 1978

13/4/19

10 años blogueando: lo mejor de Cochambre Literaria

Hoy, 13 de abril de 2019, este blog cumple diez años. No parece una cifra descomunal, pero os aseguro que para alguien tan inconstante como yo resulta un entrañable motivo de alegría. Recuerdo que inicié este proyecto -bautizándolo con tan infortunado nombre- con el objetivo de obligarme a escribir. Quería practicar, llevar a cabo muchos intentos de historias que sabía que no iban a valer la pena, pero que iría publicando aquí para poder comprobar mis progresos y para que los visitantes me diesen su opinión sobre aquellos aspectos en los que podía mejorar. Los buenos textos, cuando llegasen,  irían a otra parte, a libros, a concursos... aquí solo habría sitio para la cochambre. La verdad es que ahora mismo me resulta una idea un poco tonta, pero por entonces parecía tener sentido. La cuestión es que, al final, esto se convirtió en un blog de escritor normal y corriente. Casi nadie comentaba nada y yo me dedicaba a publicar relatos y poemas que tampoco me parecían tan malos. Luego vinieron las listas de libros, los trabajos de la universidad reciclados, el canal de Youtube... y así hasta hoy. 

En estos años he mejorado muchísimo, lo cual no es especialmente meritorio, ya que partía de un nivel nefasto, aunque tampoco vamos a dejarnos caer en la falsa modestia. La verdad es que he trabajado con ganas, he rellenado muchas páginas con historias que jamás pensé que se me podrían ocurrir, he estado tres años estudiando duro en la universidad, he ganado algunos concursos y me han publicado mi primera novela. Tengo motivos para estar contento y también los tengo para seguir adelante

Ante tan redonda efeméride había pensado en ofrecer algo especial, una sorpresa, pero es que no tengo mucho tiempo y, además, ¿qué clase de sorpresa se puede dar desde un desconocido blog de escritor? Todo lo que esté por debajo de una fiesta quedaría muy pobre, y yo, de momento, no me puedo permitir semejantes derroches. Así pues, nada especial, nada sorprendente, un pequeño auto-homenaje en la línea de lo que se suele ver por aquí, una lista con las diez mejores publicaciones de Cochambre Literaria. (¡Feliz cumpleaños, mi querido blog!)

En el callejón: este microrrelato de género negro cuenta con el honor de ser el primer post que publiqué. Ahí podéis ver su fecha de nacimiento, 13-4-09. La verdad es que ha sufrido varios retoques, pues el original adolecía de numerosos fallos de principiante. No es una obra maestra, pero nadie podrá quitarle su papel de pionero.

Canción descuartizada: este torpe poemilla tiene la particularidad de haber supuesto la única ocasión en que he alcanzado algún logro en concursos de poesía, quedando finalista en un certamen celebrado en Alcobendas. Desde entonces, nada, aunque ahora escribo poemas mucho mejores. Cosas del mundo de las letras (actualización: en 2019 quedé tercero en un concurso de poesía). 

17 pasos para escribir y vender una historia de ciencia-ficción: traducción libre que me marqué y que se convirtió en mi primera publicación "viralizada", como yo las llamo. En la actualidad tiene unas 18.000 visitas y es la tercera más popular del blog. 

Algunos comentarios sobre el "lenguaje inclusivo": aquí me aventuré a transitar un terreno pantanoso, a tocar un tema candente y polémico sobre el que todo el mundo habla sin saber siquiera lo que significa "género no marcado", pues es algo que ocurre con la lingüística, que todos nos sentimos legitimados a opinar, independientemente de nuestros conocimientos. Yo, sin ser un experto, me decidí a redactar estas líneas después de dos años estudiando lengua y habiendo asistido a un curso de verano de la UNED titulado "El sexismo lingüístico: ¿apariencia o realidad?", organizado por profesoras de la universidad que se declaraban feministas. Al contrario de lo que pudiera pensarse, mis ideas respecto a este tema son básicamente las mismas que las ofrecidas en aquellas ponencias. 

Otro poema para mi gatita muerta: el título lo dice todo y creo que el poema me quedó lo bastante expresivo como para hacer innecesario añadir mucho mas. Como dije en la dedicatoria de mi novela, ella fue mi hija aunque tú no puedas entenderlo. 

El cuento del tatarabuelo: este es un relato muy especial para mí por dos motivos. El primero es que creo que me quedó muy gracioso, y escribir literatura de humor resulta bastante difícil. El segundo motivo es que constituye una clara evidencia de lo mucho que he mejorado. Y es que el origen de esta historia se encuentra en una versión anterior de hace seis o siete años, de un tiempo en el que mi prosa se hallaba todavía en un nivel muy precario. El año pasado decidí reescribirlo y, de verdad, si vierais la diferencia, no podríais creer que ambos pertenezcan a la misma persona. 

Dormir: si me conocéis, es probable que sepáis que uno de mis objetivos en la vida es ganar el Premio Herralde de novela porque quiero que me publiquen en Compactos Anagrama (me vale también que me publiquen sin ganar el premio, lo importante es ver mi nombre en uno de esos libritos de colores). Bien, este fue mi primer intento. Empecé con muchas ganas y llegué a escribir seis o siete capítulos, dándome cuenta finalmente de que no valía la pena seguir. Aún así, me pareció que este trozo merecía ser salvado de caer en el olvido eterno. 

Los cincuenta mejores relatos de todos los tiempos: si algo funciona, no lo toques. O, dicho de otro modo, si una traducción se te ha viralizado, prueba a hacer otra. La verdad es que me llevó mucho trabajo traducir, buscar todos los relatos en español, enlazarlos... Al final se convirtió en la entrada más popular del blog, contando con unas 25.000 visitas y recibiendo 300 nuevas cada mes. Si escribes en Google "los mejores relatos de todos los tiempos" o "los mejores relatos de la historia", te aparece esta entrada como primer resultado (haz la prueba y, ya de paso, pincha en el enlace ;) ).

Diagrama de flujo del amor: este es uno de los venazos que me suelen dar y que no pasan de ahí. Con mucho entusiasmo decidí que me iba a poner a crear humor gráfico para el blog, y el resultado fue esta única viñeta, que, eso sí, quedó muy chula. Sabiduría popular de la buena. 

Algunos comentarios sobre las Novelas a Marcia Leonarda: este es uno de los trabajos de la universidad que he reciclado para el blog. No es mi favorito, ni por su contenido, ni por la obra que trata, pero, si lo he elegido para figurar en esta lista que ya se acaba, y que no ha seguido orden ni concierto, es porque la profesora que me lo corrigió, además de ponerme un diez, me dijo que tenía calidad suficiente como para aparecer en alguna publicación académica, y claro, casi muero. 

Nada más por ahora, espero que os haya gustado, espero que os gusten las cosas que escribo y, si es así, espero poder seguir teniendo el honor de contar con vuestras preciadas visitas durante muchos, muchos, muchísimos años más. ¡Saludos!

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