3/5/22

Vuestras tetas no asustan a nadie - Pólvora en salvas XXI

Rigoberta Bandini acaba de publicar el esperadísimo videoclip de su éxito Ay mamá (sí, con la coma vocativa fusilada), cosechando seiscientas mil visitas en un día y situándose como número dos en la lista de tendencias musicales de YouTube. La canción resulta muy pegadiza y, por lo estrambótico de sus melodías, podría llegar a considerarse original y audaz. Con respecto al vídeo, es innegable que genera un potente impacto visual, mostrando a varias mujeres bailando disfrazadas con grotescos atuendos, como si fueran una dantesca manada de neurodivergentes homenajeando a los malos de Los juegos del hambre y de La naranja mecánica. La letra trata de ser, creo, una muestra de reconocimiento a las madres del mundo, algo que nunca está de más, pero finalmente desemboca en un risible alegato femilóquer donde la cantante se pregunta por qué genera tanto miedo el busto femenino. 

Vamos a ver, a nadie le asustan vuestras mamas, igual que a nadie le escandalizan vuestros pelos axilares. Estamos en 2022, no en 1960. Vuestra ideología es el credo oficial del sistema, el cual se enseña en el colegio y es asumido por el estado, los organismos internacionales y las megacorporaciones. Si se censuran los pezones femeninos en (algunas de) las redes sociales (en las redes pornográficas se pueden ver por trillones) es porque en este mundo, gracias a Dios, todavía existe (algo de) pudor, decoro y decencia. Y es que, los pechos femeninos no son equivalentes a los masculinos porque a los hombres nos excitan (no nos asustan) los vuestros mientras que a vosotras os la refanfinflan los nuestros. No, en las redes sociales generalistas no se ven pechos femeninos, pero tampoco penes, testículos, anos o vulvas, y no es porque nadie tenga miedo a ninguno de estos órganos, sino porque determinadas cuestiones deben estar reservadas para determinados espacios y momentos. 

Sin embargo, resulta curioso que, al final, quien puede tener algo de miedo a las tetillas es la propia Rigoberta Bandini, pues se decidió eliminar del videoclip una serie de tomas de pechos reales que habrían grabado exprofeso, un hecho denunciado en Twitter por la dueña de alguno de aquellos senos descartados, algo que no deja de resultar llamativo y que se presta a diferentes especulaciones sobre su causa. Así, Lucía Etxebarria, que últimamente anda muy voxeadora y se está ganando a pulso una cancelación a gran escala por parte de las hordas de la justicia social, apuesta precisamente por el miedo a la cancelación, en este caso, a través de una acusación de transfobia contra Rigoberta Bandini por no haber incluido ningún pecho perteneciente a una mujer con pene. Por su parte, un servidor prefiere apuntar a una causa puramente pecuniaria, la cual no es incompatible con la anterior. Y es que, si el vídeo mostrase pechos reales, aunque tal vez YouTube no aplicase la censura, sí que podría impedir que se monetizase, lo cual no solo imposibilitaría hacer caja, sino que limitaría su difusión. Rigoberta Bandini no es tonta y sabe perfectamente que, a estas alturas del partido, el feminismo tiene ya poco de ideología y todo de negocio. Y la pela es la pela, nen. 

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