22/9/24

Buena racha

Se le acabaron las ideas y decidió probar con las drogas. En un callejón, un tipo extraño con la piel verdosa le vendió un bote de pastillas. Decía que hacían volar la mente. Eso era justo lo que necesitaba.

Ya en casa, tomó tres píldoras de golpe y se sentó frente al ordenador. Antes de escribir una sola línea, empezó a marearse y perdió el conocimiento. 

Despertó en la cama y vio que en el procesador de textos había un relato escrito. Era buenísimo y trataba sobre un tipo que se encontraba un maletín lleno de dinero. 

Al día siguiente, regresando del trabajo, se encontró un maletín lleno de dinero. 

Repitió el procedimiento casi todas las noches, y no solo dio a luz docenas de narraciones impresionantes que le granjearon un gran prestigio como escritor, sino que todo lo que salía de sus dedos se hacía realidad. Y, así, se acostó con modelos, rejuveneció diez años, conoció secretos históricos, evitó graves accidentes…

Pero un día despertó y vio su propio cuerpo ensangrentado yaciendo sobre la cama. Aturdido e impactado, se acercó al escritorio y pudo ver que la pantalla del ordenador mostraba un fascinante relato sobre homicidios y fantasmas.

Esta historia forma parte de mi libro PULSACIONES, 99 MICRORRELATOS DE INFARTO. Puedes comprarlo en este enlace

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