y el vacío me acompaña
como una bomba-lapa
adosada a los bajos del coche.
La desesperación acecha
en forma de sueños estúpidos,
de batallas perdidas,
de noticias que te dejan
la sangre congelada.
Atravieso páramos
de vegetación marchita,
carreteras desiertas
y edificios acristalados
que intentan imitar al cielo.
Ya estoy cerca.
Mis ganas de llegar se reducen
a algo parecido a la muerte.
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