En Cuentos y cuentistas. El canon del cuento, Harold Bloom selecciona y analiza relatos de autores que, según su criterio, definen la esencia del género. Desde Poe y Andersen hasta Borges y Cheever, el crítico selecciona autores cuyos relatos destacan por su intensidad, ambigüedad y profundidad psicológica. Más que una simple antología, el libro se convierte en una reflexión sobre la capacidad del cuento para condensar significados complejos en un espacio breve.
Si bien su selección puede ser debatida, Bloom defiende que los cuentos memorables combinan estilo y trascendencia. Su ensayo invita a pensar qué hace que un cuento sea perdurable, convirtiéndose en una lectura fundamental para quienes buscan comprender la evolución y la riqueza del género.
Con objeto de facilitar a los lectores la tarea de explorar la obra de estos treinta y nueve maestros del relato, he decidido buscar y enlazar en la siguiente lista un cuento lo más breve posible de cada uno de ellos. Pueden leerlos gratis en internet pinchando en el título de cada cuento. Si pulsan en el nombre del autor, accederán a Amazon para comprar, si lo desean, un libro de cuentos de dicho autor y así colaborar con el sostenimiento de este proyecto. Espero que la disfruten.
El pescador y el pez dorado. Alexandr Puchkin. Con un estilo ágil y simbólico, el relato nos sumerge en un juego de deseos y castigos donde la humildad y la codicia se enfrentan. Su final, tan inevitable como revelador, convierte esta historia en una lección atemporal sobre la insatisfacción humana.
Las esposas de los muertos. Nathaniel Hawthorne. En este relato cargado de melancolía, el autor traza un delicado juego entre la pérdida y la esperanza en una noche de duelo. Con su estilo evocador, el cuento explora cómo la felicidad y la tragedia se pueden rozar sin llegar a tocarse.
Dentro de mil años. Hans Christian Andersen. Con una mirada irónica y melancólica, el cuento reflexiona sobre la fugacidad de las civilizaciones y la transformación del mundo ante el paso del tiempo. Un relato visionario que, desde el siglo XIX, anticipa la velocidad vertiginosa de nuestra era.
Sombra. Edgar Allan Poe. El autor crea una atmósfera opresiva donde la muerte y lo sobrenatural se confunden. En una noche de terror y peste, un grupo de hombres se enfrenta a una aparición imposible, cuya voz parece contener las de todos los muertos. Un cuento inquietante y enigmático.
Magia. Katherine Anne Porter. Una historia turbadora y oscura que explora la crueldad y el poder oculto en lo cotidiano. Con una narración envolvente y directa, se adentra sutilmente en lo sobrenatural, mostrando que lo más inquietante surge de la maldad humana y de fuerzas que escapan a toda explicación.
En la estación ferroviaria. Isaac Babel. Con un realismo crudo, este breve relato captura la dureza, la desesperanza y el absurdo en medio de una escena cotidiana. El humor negro, el caos y una cierta ternura grotesca reflejan la resignación de unos personajes atrapados en su propio destino.
Tiernamente adorables. F. Scott Fitzgerald. Este delicado relato mezcla la ternura con la melancolía, mostrando cómo los sueños y las ilusiones pueden erosionarse lentamente frente a la rutina y la adversidad. La narración, cargada de ironía sutil, nos deja entre la sonrisa triste y una reflexión amarga sobre la fragilidad de la felicidad.
El sacerdote. William Faulkner. Este relato introspectivo explora la lucha íntima entre el deseo carnal y la búsqueda espiritual con una intensidad conmovedora. El conflicto interno del protagonista se convierte en una reflexión universal sobre la fe, la duda y las pasiones humanas, narrado con una prosa densa y profunda que deja al lector sumergido en preguntas esenciales sobre el sentido de la existencia.
En el muelle de Esmirna. Ernest Hemingway. Breve, seco y desolador, este relato captura magistralmente el absurdo de la guerra desde la crudeza cotidiana. La frialdad del narrador, que describe horrores con indiferencia casi burocrática, intensifica aún más la conmoción del lector frente a la tragedia humana que apenas menciona.
Biografía de Tadeo Isidoro Cruz (1829-1874). Jorge Luis Borges. El escritor argentino convierte una biografía en revelación metafísica, donde el destino irrumpe en un instante decisivo y convierte a un hombre en sí mismo. El relato funde historia, mito y literatura con una maestría que invita a releer más que a entender. Una joya que vibra en múltiples niveles.
Desayuno al aire libre. John Steinbeck. Steinbeck convierte una escena sencilla en un momento de pura humanidad, donde la hospitalidad, el trabajo duro y la dignidad silenciosa se entrelazan con la belleza del amanecer. Un relato breve y luminoso que celebra la grandeza oculta en lo cotidiano.
Una cortina de follaje. Eudora Welty. En este relato denso y poético, la naturaleza se convierte en espejo de la pérdida, la soledad y el deseo reprimido. La protagonista, atrapada entre el duelo y la obsesión, se desborda como su jardín, hasta encontrar en la lluvia un descanso momentáneo. Una narración delicada y poderosa que fluye con la cadencia de lo no dicho.
Reunión. John Cheever. Con una prosa contenida pero cargada de emoción, este relato muestra el desencuentro entre un padre caótico y un hijo que empieza a entender su desilusión. A través de un almuerzo fallido, Cheever condensa una vida entera de distancia emocional. Breve, triste y memorable.