8/11/24

Post mortem

Avanzó atravesando la calma solemne del templo mientras la voz del sacerdote reverberaba ceremoniosa: «La vida no termina con la muerte, no tengamos miedo…». Se aproximó a Daniel, de apenas ocho años, y le abrochó el cordón de un zapato. Luego, acercó su mano al hombro de Marta, que lloraba desconsolada; tras unos segundos de agotador esfuerzo, logró imbuir algo de sosiego en su corazón. Entonces, se llegó hasta el ataúd. 

«Dios mío, qué desastre de maquillaje» pensó, divertido. 

De camino a casa, anduvo reflexionando. ¿Quién podía haber imaginado que sería obligatorio trabajar después de morir? Aunque, bien pensado, ¿qué mejor empleo desempeñar que el de ángel guardián de tu propia familia?

Esta historia forma parte de mi libro PULSACIONES, 99 MICRORRELATOS DE INFARTO. Puedes comprarlo en este enlace



2/11/24

Registro de canciones halladas en libros (y libros hallados en canciones)

Desde hace años, vengo buscando y escuchando todas las canciones que me encuentro durante mis lecturas. Me encantan las relaciones intertextuales (por ejemplo, cuando en una novela hablan de otra novela) pero también las interdiscursivas (por ejemplo, cuando en una novela hablan de un cuadro) y precisamente estas, las que se dan entre música y literatura, me resultan de lo más fascinantes, ya que hablamos de dos artes altamente disfrutables. 

Así pues, a partir de ahora voy a ir llevando en este artículo un registro de todas esas canciones que la literatura decida regalarme (trataré de localizar unas cuantas que descubrí en el pasado y que ahora mismo no estoy seguro de de dónde salieron). Además, y esto se me ha ocurrido sobre la marcha, también intentaré compartir canciones en las que se mencionen libros. En este momento no se me ocurre ninguna, pero seguro que irán apareciendo. Si quieres, puedes ayudarme dejando tus hallazgos en los comentarios y muy agradecido los iré añadiendo al registro. 

Podéis escuchar todas estas canciones en la siguiente lista de Spotify que he creado, la cual puede estar incompleta si en aquella plataforma faltan algunos temas, pero que normalmente contendrá más elementos, puesto que es más rápido añadirlos allí que aquí. 

(EN CONSTRUCCIÓN PERMANENTE)

CANCIONES EN LIBROS

When It's Sleepy Time Down South, de Wynton Marsalis 

Esta joya es un arreglo de un clásico del jazz llevado a cabo por el prestigioso trompetista Wynton Marsalis. Gonzalo Calcedo menciona a este músico en uno de sus maravillosos relatos, titulado Mal de mer, y que forma parte de su último libro publicado hasta la fecha, La chica que leía El viejo y el mar. La canción en sí no aparece en el cuento, la he elegido porque es la más reproducida en Spotify (este será más o menos el procedimiento que seguiré para aquellos libros que mencionen a un músico pero no una canción concreta). 



I am the walrus, The Beatles 

Hallada en el relato «Menos que un zombi», de Douglas E. Winter, el cual forma parte del maravilloso volumen El libro de los muertos. Esta canción, que es una de mis menos favoritas de la banda de Liverpool (la odio) es versionada dentro de la historia por un grupo llamado Tres en un club donde los chavales protagonistas acaban de vivir una de las escenas más locas que yo haya leído: el visionado de una película snuff en la que torturan brutalmente a una zombi. 


Black Light Trap, Shriekback

Hallada en el mismo relato que la anterior, este oscuro tema post-punk experimental simplemente suena de fondo en el club donde los chicos presenciaran la dantesca película mencionada. Sin embargo, parece improbable que el autor la haya elegido al azar o tan solo porque su atmósfera quedaría bien en un lugar tan bizarro. Y es que, la letra del tema, muy enigmática, hermética y surrealista, puede servir para lanzar guiños a la trama, no solo por el título, «trampa de luz negra», sino por fragmentos como «el desastre imperial en su furioso declive», «el aire está denso con el olor a decadencia» o «en el corazón de la ciudad, una sociedad secreta». Si leéis el relato comprenderéis a qué me refiero. 


Children of God, Swans

También en el mismo relato, aparece al principio, al mencionarse que la pandilla estuvo en un concierto de esta banda de rock experimental y que uno de los chicos se estaba meando en mitad de este temazo denso y oscuro como la sangre. Como puede verse, aparece mucha música en la historia y es que al parecer es una seña del autor las referencias constantes a la cultura popular. De hecho, el propio relato es una especie de parodia-homenaje de la novela Menos que cero, de Bret Easton Ellis, el autor de American psycho


Tight Fittin´Jeans, Conway Twitty

Cambiamos de relato, más no de libro, para adentrarnos en el memorable Un triste último amor en el bar de los malditos, de Edward Bryant, uno de mis favoritos de esta antología. Esta historia es también bastante musical, al desarrollarse en un bar-restaurante de carretera. La canción country tan pegadiza que os presento no aparece explícitamente en el cuento, sino que el antagonista, un psicópata y maniaco sexual, pide a la protagonista, una bellísima camarera, que quite la canción que está sonando, de la que hablaremos en seguida, y que ponga algo de Conway Twitty, que es cojonudo. Esto me generó curiosidad y decidí buscar uno de sus temas y creo que este va muy bien, pues en su letra el cantante elogia los encantos de una mujer vestida con unos ajustados vaqueros a la que conoció en un bar. 


Sweet Jane, The Velvet Underground y Happy boy, The Beat Farmers

En el mismo relato, se nos informa de que en un momento dado suena en la radio la versión de Sweet Jane perteneciente a un grupo llamado The Beat Farmers. Sin embargo, como no he podido encontrar dicha versión, os ofrezco la propuesta original perteneciente a los famosísimos The Velver Underground y, para no quedarnos con la duda, también la canción con más reproducciones de The Beat Farmers, un tema humorístico que contiene una cualidad extremadamente original que me ha dejado un poco loco: un solo de... gárgaras. 





Crazy Lemon, Joe Ely

These Foolish Things (Remind Me of You), Nat King Cole

Anthropology, Elvin Jones

St. Thomas, Sonny Rollings.

You don´t know what love is, Dinah Whashington

Now´s the time, Charlie Parker Quartet



LIBROS EN CANCIONES

Ensayos de Passolini y novelas de Truman Capote. Los chicos del maíz

Libros de Bakunin y de Kropotkin. Asto Pituak


25/10/24

Agosto

Una trepanación  
en el cráneo de la cordura, 
territorio burbujeante,  
colmillos en las nubes. 

Edificios que cuelgan a lo lejos, 
tiempo de tregua agitada, 
de paz en las trincheras, 
tiempo de meditación en la noche, 
en la noche de fuego, 
en el fuego de la noche ardiente, 
en el crematorio amable, 
en el teatro de las pesadillas,  
en la vulnerabilidad de las imágenes, 
en las imágenes como pedradas. 

Unos colmillos  
en la cordura de las burbujas,  
nubes trepanadas,  
territorios en el cráneo. 

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22/10/24

El microrrelato como género literario

NOTA: este ensayo no es más que el grueso del guion del segundo episodio de mi podcast, Verba Latentia, que puede escucharse en este enlace. He decidido ofrecerlo en forma escrita por si algunos de los escasos y apreciadísimos seguidores de estas humildes publicaciones prefieren leerlo antes que escucharlo.


Un servidor considera que el mejor modo de entender las cosas es a base de ejemplos, por lo que podría resultar oportuno acercarnos a la definición de microrrelato a través de la lectura de uno de los microrrelatos más famosos del mundo. Hablamos, como no podría ser de otro modo, de El dinosaurio, de Augusto Monterroso, que consta de las siguientes siete palabras: 

Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí. 

¿Qué podríamos decir de semejante genialidad? Pues que es un texto literario, ya que su autor busca usar el lenguaje de forma artística, además de narrativo, puesto que tiene narrador, que está escrito en prosa, ya que no tiene versos, que es ficticio, ya que no habla de un suceso real y que es muy breve. De este modo, podríamos tener una primera definición general de microrrelato: aquellas obras literarias narrativas de ficción en prosa y de extensión muy breve. A esto podríamos añadirle una característica fundamental: la trama de los microrrelatos suele quedar, al menos en parte, sobreentendida a través de un lenguaje muy preciso a la vez que elíptico y connotado similar al de la poesía. Esto sería una consecuencia de su brevedad, dada la imperiosa necesidad de economizar al máximo las pocas palabras de que dispone el autor para contar su historia. 

Esto es algo que se ve clarísimamente en el microrrelato de Augusto Monterroso. Al leerlo nos asalta una infinidad de preguntas sobre el protagonista y sobre el dinosaurio. En lo que a mí respecta, este cuento siempre se ha representado en mi mente como una persona que se encuentra escondida en un refugio esperando a que un dinosaurio que la acecha se marche. Esta persona se queda dormida y, al despertar, descubre que todavía no puede salir del refugio por lo que todos sabemos. Sin embargo, otras personas consideran que el protagonista vio primero al dinosaurio en sus sueños y después este apareció en la realidad. Incluso han llegado a interpretar este relato simbólicamente identificando al dinosaurio con la figura de un dictador (por cierto, levemente inspirado en el cuento de Augusto Monterroso estaría mi microrrelato Desesperación).

El microrrelato, como género literario se insertaría, por su extensión, al final de la serie narrativa formada por la saga, la novela, la novela corta, el relato extenso y el relato breve, aunque es importante comentar que no se reduce a un simple recorte de palabras con respecto al cuento o relato, sino que posee sus propia estructura y dinámicas internas, las cuales se caracterizan por una síntesis narrativa extrema, depuración elíptica de lo superfluo y la tensión entre lo dicho y lo sugerido, y entre la contención y la intensidad expresivas.

En este sentido, el mejor y más característico, el que más ampliamente representaría la esencia del género que yo haya podido crear sería el titulado ¿Estamos muertos?, que consta de tan solo tres palabras incluidas las dos del título, y que podrán encontrar insertado en mi cuento El microrrelato más breve del universo.

Con respecto al origen y desarrollo del microrrelato, se ha apuntado a que tuvo lugar en la confluencia de múltiples géneros breves, folclóricos y literarios, antiguos y modernos, especulativos y ficcionales, narrativos y líricos. Así, algunos autores, como Ramón Gómez de la Serna, habrían podido avanzar hacia el microrrelato durante las vanguardias del siglo XX gracias a la depuración del cuento y el deseo de traspasar barreras genéricas, mientras que otros, como Juan Ramón Jiménez, lo habrían hecho mediante la contención descriptiva y el aumento de la narratividad del poema. 

Para no extendernos demasiado y no provocar un desajuste entre forma y contenido, vamos a terminar hablando brevemente sobre las causas del éxito del microrrelato desde los años ochenta hasta la actualidad. Dicho éxito sería consecuencia o reflejo de los sentimientos de inconsistencia, fugacidad e intrascendencia inherentes a lo que se ha llamado episteme moderna, ya que satisface la predilección por lo contingente y relativo, por el mestizaje de discursos y registros, y por la derogación de las diferencias entre la alta cultura y la cultura popular. Además de esto existirían razones de tipo sociológico, pues los lectores, inmersos en nuestra vertiginosa sociedad de consumo, se encontrarían predispuestos a la demanda de productos culturales breves, análogos a los que ofrecían los medios de comunicación a finales del siglo XX, como los cortos cinematográficos, el tráiler, el anuncio publicitario o los blogs, o los que se ofrecen en la actualidad, con el ejemplo paradigmático de los vídeos en redes sociales, cada vez más breves hasta dar lugar a las llamadas stories o reels, de apenas unos segundos de duración y que se consumen en grandes cantidades una detrás de otra.

13/10/24

Narradores de la jungla, mi nuevo libro

Me complace comunicar a mis apreciadísimos y eximios lectores que acabo de subir al pandemónium editorial amazónico mi nuevo libro, intitulado NARRADORES DE LA JUNGLA: INDIGENISMO Y METALITERATURA EN EL HABLADOR, DE MARIO VARGAS LLOSA

Los más sagaces ya se habrán percatado de que dicho encabezamiento suena muy similar al de mi TFG, lo cual es lógico, ya que NARRADORES DE LA JUNGLA no es otra cosa que mi TFG revisado, retocado, liberado de notas bibliográficas innecesarias y embellecido con una flamante portada.

Considero que NARRADORES DE LA JUNGLA podrá resultar de provecho y deleite para varios perfiles de personas, como por ejemplo:

  • Estudiantes de Lengua y Literatura en general y aquellos que tengan que elaborar un TFG o un TFM en particular.
  • Aficionados a la teoría y la crítica literaria.
  • Seguidores de la obra narrativa y ensayística del legendario escritor don Mario Vargas Llosa.
  • Seres humanos en general.
Si alguien desea acceder a su contenido, puede descargárselo en e-book por el razonable precio de 0,98 euros en este enlace.

Muchas gracias por su atención.

Un cordial saludo. 


29/9/24

Dies numerantur

INTRODUCCIÓN

Este poema, cuyo título significa Los días están contados, en latín, está escrito en coplas de arte mayor, que son estrofas de ocho dodecasílabos divididos en dos hemistiquios que riman en consonante siguiendo diferentes esquemas. En cuanto al contenido, el poema trata tres tópicos clásicos muy relacionados: el memento mori (recuerda que morirás), el tempus fugit (el tiempo vuela) y el carpe diem (aprovecha el día). 


El tiempo se fuga, se escapa cual liebre 
que sufre el acoso de algún cazador;
se marcha y se aleja, se esfuma cual fiebre 
dejándote un poso de suave dolor. 
Recuerdos tan tenues como ese fulgor
envuelto en las brumas que traen las mañanas,
lejanos y tristes cual viejas campanas 
tañendo en el alma de algún pecador.

Los años transcurren igual que diluvia,
trastocan la Tierra, desbordan los ríos 
de nuestra existencia, nos llenan de lluvia, 
anegan tus sueños y anegan los míos. 
Ignoran edades de viejos, de críos,
de ricos, de pobres, de bestias, de humanos;
tan solo golpean con pérfidas manos,
tan solo nos lanzan la frase: «rendíos».

La espera acompaña, fatal compañera,
dilata las horas, los ojos empaña,
el bien se demora, la fe desespera,
la vida se burla y contigo se ensaña.
Minutos eternos de tela de araña,
contando los días de cada segundo;
relojes amorfos de olor nauseabundo
promueven el ansia que duele y que daña. 

Recuerda a la parca que sigue tus pasos, 
no bajes la guardia, no tientes al hado;
exprime tus días que son tan escasos
que cuando te enteres se habrán terminado.
Templanza y paciencia, constancia y cuidado,
modera el orgullo, controla la ira,
detente a pensar un instante, respira:
la muerte y el tiempo te tienen marcado.

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