Fulgor tu cabello que humilla al monarca
que reina en el orbe quemando los cielos,
envuelve tu frente, tus ojos enmarca
en cuadro sublime que excita mis celos.
La nieve en tu rostro, maná de los hielos,
alumbra mis noches, desvela mis penas,
tu boca encarnada me llena de escenas
la mente, y el alma me colma de anhelos.
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